Historias sobre agentes
de la CIA hay todas las que queramos para el cine. En esta oportunidad, si bien
no sorprende mucho en su tono y acción (no tan trepidante), se reconoce lo
inmenso del actor Washington en esta oportunidad. Y es al salir de la sala de
cine, sólo se piensa en este actor para un roll tan cargado de pausas en todo
sentido. Además, en esta ocasión la mujer no forma parte de ese universo interior. Claro que en su pasado reciente, debe haberlo vivido, pues, tiene algo de fraternal su espíritu de ayuda a una chica en problemas.
De manera pues que
estamos ante una propuesta, que si bien parece la vida de un justiciero,
resulta a la larga la eterna lucha contra las mafias. Al final un deux ex
machina, que resquebraja elementos de verosimilitud en su espacio y tiempo, que
ya de por sí es bastante considerable.
Una película pues con
los tópicos del género, pero que por momentos remite al cine de serie B más conceptual.
Por lo pronto, queda la intuición de una segunda parte. ¡Cáspita!
Gonzalo Restrepo Sánchez
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