miércoles, 14 de mayo de 2014

Night Train to Lisbon


Los momentos decisivos de la vida cuando la dirección cambia para siempre, no están siempre marcados por un dramatismo ruidoso. Lo hace en silencio y ahí reside su nobleza. Esta a mi juicio es la chave en la lectura del filme de Billy August.

Y es que este texto lo lee el profesor Raimond Gregorius del libro “Um ourives das palabras”, punto clave de la intriga del filme. Sin lugar a dudas el mundo visible es un pretexto, y en este sentido se desarrolla esta buena película.

August enfatiza sin mucho esfuerzo con la cámara, los momentos de un protagonista, que se esfuerza en encontrar los “momentos” de un escritor portugués llamado Amadeu de Almeida Prado, razón de ser de la película.

Gonzalo Restrepo Sánchez