domingo, 16 de septiembre de 2012

COSMÓPOLIS


David Cronenberg con un tono y diseño visual particular (muchas tomas donde se observa a través de la ventanilla de un auto), ausculta un día en la vida de un joven (Robert Pattinson) multimillonario, para hablarnos de mucho y de poco, en el sentido de las cosas que hacen que una vida (con dinero) nos lleven al final de uno mismo sin idealizar. Pues este parece ser el alegato de Cronenberg en un film para adorar u odiar.


De todas formas el cineasta nos involucra en temas como el capitalismo, y qué seríamos con la facultad de hacer lo que queramos si tenemos todo el dinero del mundo. Claro que el cineasta nos los muestra metaforizado a través de una limusina y un chico bastante "Handsome". Sin bien el espacio es poco amplio (el auto) y el personaje elubrica acerca de su "poder", estamos unte un film que lo dice todo sin rodeos cuando de deseos personales se trata y en medio de un ¿mundo cosmopolita?

El tema no se agota pronto, pues a lo largo del recorrido del auto y sobre todo los personajes de densidad psicológica con lo que el joven dialoga, nos permite afirmar que todo lo es el dinero, mientras vivamos en este planeta al que llamamos tierra. Que ser cosmopolita tiene su precio

Gonzalo Restrepo Sánchez