sábado, 6 de abril de 2019

El tráiler de ‘Joker’, la película


Warner Bros lanza el avance del filme, protagonizado por Joaquin Phoenix, que interpreta a Arthur Fleck antes de que este se convierta en el conocido villano.



viernes, 5 de abril de 2019

"Skjelvet" ("Terremoto")



En 2015, Roar Uthaug lanzó “The Wave”, el primer filme de desastres realizado en Noruega y que está basado en el verídico tsunami que fustigó la ciudad de Tafjord en 1934. La película fue elogiada por su enfoque a larga humano. “The Wave” se convirtió en la película más taquillera ese año en Noruega.


Si bien los “remakes” (repetición de rodaje) a veces no son tan sorprendentes como sus predecesores, podemos afirmar que este remake es bueno y se atiene por supuesto a este tipo de cine de desastres, incluso sin exageración alguna. En este sentido, podemos señalar al héroe: Kristian (Kristoffer Joner), un geólogo noruego, que logró salvar no solo a su familia, sino a muchas más, al explorar las señales de advertencia, cuando otros colegas no lo hicieron.

Si bien el filme no se revela pues como una obra compleja y valiente, su director Andreas Andersen se robustece como un buen director apto de edificar atmósferas perturbadoras y algo significativo: sin jugar con la paranoia y, sin utilizar algún que otro referente clásico.

De manera pues que el filme resulta entretenido y en su último tercio trepidante y cargado de verosimilitud, no obstante en la escena donde la familia de Kristian atrapada dentro de un hotel de gran altura colapsa y pasa a través de una elipsis a la escena final.

Gonzalo Restrepo Sánchez
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lunes, 1 de abril de 2019

DUMBO, DE TIM BURTON


Siempre que me preguntan qué es lo primero que me incita a ver una película, respondo que su director y seguido de sus actores. Con base en esta premisa, fui a ver “Dumbo” por su director Tim Burton (“Eduardo Manos tijeras” o “Ed Wood”). Un cineasta que no defrauda en esta ocasión, aunque tiene trabajos más arraigados en la mente cinéfila.


Parte del desafío de esta cinta (el original se basó en la novela de Helen Aberson y Harold Pearl) era los estándares de la buena trama; aunque quizá le faltó un poco más de ambición al guion como tal. De todas formas, no es una película mediocre.

Es 1919, y la Gran Guerra ha pasado su factura. Una gran parte de la audiencia de Medici ha muerto en el extranjero, y su actor estrella, Holt Farrier (Colin Farrell), acaba de regresar de las trincheras con un brazo y sin ilusión. La esposa de Holt murió cuando estaba sirviendo en su país, y no tiene idea de cómo ser fuerte para sus dos niños sin madre (Finley Hobbins y Nico Parker) que apenas lo reconocen.

La adaptación dirigida por Tim Burton y Ehren Kruger de la película animada de 1941, es una aplicación para los tiempos actuales. Si bien el sentido enternecedor no lo impregna todo el bebé elefante que vuela, pues tampoco es que nos deje sin sentimiento alguno (y sobre todo a los niños).

Las secuencias de vuelo en este “Dumbo” de Tim Burton (reitero, una aceptable versión del clásico de Disney), tiene su toque de veracidad y maravilla. Y es que este Dumbo, creado con efectos digitales, sigue siendo un héroe aceptable, adonis y solitario, con unas orejas enormemente grandes y que nos habla siempre con su suplicante mirada. Y es que si, al pararse en lo alto de una grandiosa plataforma circense, su duda y vergüenza son indudables. Todo se circunscribe a ingerir una pluma en su tronco (que le da la fe para volar), se lanza hacia abajo y, por unos instantes aprecia que su corazón late vertiginosamente.
Si bien Burton usa la canción de cuna “Baby Mine” de la película original, rinde homenaje a la secuencia más recordada de "Dumbo": “Pink Elephants On Parade”. Número musical surrealista, plasmando un efecto con gigantescas burbujas de jabón que se convierten en elefantes. Asimismo se observa a lo largo del metraje,  la amistad entre el bebé elefante y Holt Farrier quien cuenta con la ayuda de sus hijos Milly y Joe, estructurando la fábula entre buenos y malos, cuando de buscar beneficios se trata.

Historia pues que logra enaltecer esa expresión de “cine familiar”,  ya que es una cinta para todos los públicos entregados a regocijarse con los múltiples eventos de niños y elefantes metidos a héroes, y unos adultos en la trama que, por una vez, no verán ofendida su agudeza y, de paso, los espectadores tienen la posibilidad de evocar la  marca Disney.

Gonzalo Restrepo Sánchez
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martes, 26 de marzo de 2019

“Boyacoman y la esmeralda sagrada”



Tras 18 años de su camino profesional en el humor, al participar en los cuentachistes del programa ícono del humor en el Canal Caracol, el pasado jueves 21 de marzo se convirtió en un día especial en su carrera: Su película titulada “Boyacoman y la esmeralda sagrada”, que él mismo define como una cinta de acción y aventuras, cargada de altas dosis de humor, llegó a las salas de cine del país.


Y pare de contar. Este filme es el más malo de la historia reciente del cine colombiano y de pronto de la historia del cine nacional. Ni es de aventuras, ni de comedia, ni drama, precisamente por no priorizar ninguno de ellos. Nadie dice que no pueda haber un híbrido interesante, pero es que el filme trata de agradar a no sé quién. Es el cine que hace retroceder las ganas de ir a las salas de cine y ver cine nacional.

Esta parodia al filme “En busca del arca perdida”, de Spielberg, es un despropósito. Sin rasgos destacados es, sin duda, y sin libertad y originalidad a la hora de esbozar las escenas, un desperdicio; ya que el director del filme no aporta siquiera una mirada incisiva y, en clave de sátira a muchas situaciones que, para el contexto, carecen de gran categoría y formalidad, lo que se entronca directa y no fortuitamente con el estilo de Ed Wood, el peor director de cine de la historia del cine.

Gonzalo Restrepo Sánchez


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“Cien años de soledad” en los tiempos de Netflix


Lo primero que habría que decir es que en esta adaptación seriada de la máxima obra de Gabo, habría —desde ya— tener que olvidarse de adaptaciones fieles al texto. Si no, realmente sería una locura y los ataques vendrían por todos lados del mundo literario.
Y es son varias mis razones para señalar tal consideración. La primera sería que el texto de Gabo está cargado del tropo oxímoron (además de otros) y es realmente imposible visualizar esta riqueza literaria por una razón: el cine desliteraturiza. Como explicar: “Amaranta decide bajar al reino de los muertos llevando el correo de los vivos”. Ni hablar de las hipérboles donde Gabo muestra ciertas bondades de Aureliano Segundo.
Otro aspecto sería la semanticidad de lo sobrenatural en la obra de García Márquez y sus presagios. El ejemplo sería tomado de otro texto de Gabo, “La viuda de Montiel”, cuando Carmichael vaticina el mal tiempo porque le duele los callos. En mi libro “Gabriel García Márquez y el cine ¿una buena amistad? Se plantea precisamente qué textos de Gabo brilla (los tomados del verismo) y no tanto por el denominado “Realismo Mágico” —el ejemplo estaría en Amaranta, quien desde su cama oyó los pasos y murmullos, y luego, “un hondo silencio oloroso a flores pisoteadas”, cuando se iba enterrar a Pietro Crespi. Esto no lo puede hacer el cine.
Pero es que, cuando además, nos basamos en la “Antropología estructural” de Levi Strauss y su definición de mito (cargado de mitemas, es decir los relatos fantásticos como el citado anteriormente de Amaranta), no podemos andar con una lupa en el texto audiovisual viendo por dónde está el mitema. O por dónde están las obsesiones garciamarquianas (las cartas, las muertes, los presagios, etc.).
Otra cuestión muy importante en este texto de Gabo, como en muchos  (muchos) otros, es la actividad onírica bajo ambientes propios de la vigilia como son la sociabilidad, la facultad de actuar según la voluntad o el escueto hecho de estar despierto (de pronto, alguno de los hijos del coronel como Aureliano Triste).
Ahora, ni hablar de otros personajes que habitan “Cien años de soledad”, con cierto grado de dificultad para encarnarlos. Si bien muchos actores podrían estar aquí en Colombia y otros en el exterior, sobre todo las mujeres. ¿Cómo lograr en el cine ver a Pilar Ternera —sin la escena a la fuerza de Arcadio para amarla—, con “… la rara virtud de no existir por completo sino en el momento oportuno”?
Recuerdo hace mucho tiempo cuando vivía el actor mexicano Anthony Quinn, que en una visita a Madrid señaló su deseo de caracterizar al coronel Aureliano Buendía (que a mí parecer no estaba muy lejos de ser en la vida real, el personaje de la novela). No obstante y si bien, de los pocos actores y actrices que caracterizaron algún personaje garciamarquiano, como Irene Papas (la famosa abuela desalmada) sale triunfante montada en su burro sin perder el aire de grandeza; ¿qué actriz con los ojos amarillos y almendrados encarnaría a Petra Cotes?
En fin, se podría escribir un libro sobre los problemas que tendrá el guionista para escribir la serie sobre “Cien años de soledad” (que en el fondo no le deseo), y es que entre otros aspectos de la dramaturgia cinematográfica, el “Realismo Mágico” es un serio problema para cualquier guionista de experiencia y categoría. De todas formas, las normas de la escritura audiovisual estará más a favor de lo disruptivo del guionista que de otra cosa (no hay escuela que valga), aunque como decía el autor de “Psicosis”, “Para hacer una buena película se necesitan tres cosas: el guion, el guion y el guion”.

lunes, 18 de marzo de 2019

CAPITANA MARVEL



“Capitana Marvel” es un filme destinado a todos los públicos (con pocas ganas de pensar) y mucho efecto especial para satisfacer la vista. Sin mucho que subrayar, esta propuesta de héroes y malos es más bien un tratado sobre una banda sonora ajena un poco a los tiempos que se viven.

Por lo demás, una fantasía sagaz y ambiciosa como todo bluckbuster. Recordar que el asunto  tardado más de cincuenta años (desde su primera aparición en un cómic en 1968). Y es que en Carol Danvers, quizás, los seguidores de la saga tienen en la pantalla gigante a la mejor heroína.


Y es que sin mucha presunción, Carol Danvers llegará a la Tierra en medio de una guerra intergaláctica entre los Skrull y los Kree, y que deberá solucionar con todos sus poderes y  atribuciones: con una súper fuerza, y manejo de toda su capacidad como un ser nada caprichoso.

Con secuencias de acción trepidante y un cameo de Stang Lee, la fábula del filme con saltos en el tiempo, mientras los Skrull intentan averiguar en la mente de Danvers para su pasado no muy lejano, creemos habrá otra secuela.

Gonzalo Restrepo Sánchez
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viernes, 15 de marzo de 2019

FICCI 59: LA FORTALEZA



En el marco del FICCI 59 se exhibió mucho cine documental. Y entre las que destaca se encuentra “La fortaleza”. Una de las más fieles barras del equipo de futbol Atlético Bucaramanga, equipo dentro del campeonato profesional colombiano en la primera división, pero que, desde hacía ocho años estaba en la segunda división, para desilusión de sus seguidores.


Así que a modo de falso documental, el personaje Jorge y sus intenciones de ver a su equipo jugar, el cineasta si bien no cuenta una historia sobre la marginalidad, sí sobre seres marginales. Y es que sin llegar a la abyección propia de esos personajes, es evidente que el futbol permite asimilar cualquier intención por amar al equipo de su tierra, siendo los mejores hinchas del mundo.

De manera que en un desigual ritmo, la cámara luce serena y sin inclinar aspectos morales, aunque sí el afán por el amor desmedido por el balompié y un equipo, nos recuerda de alguna manera otros filmes que tocan el tema. Al analizar el tema de “La fortaleza” y su incidencia en lo social, lo cultural y lo económico, es evidente que se reconocen aspectos determinantes que hacen del fútbol una pasión y por supuesto un objeto estético.

Cada quien, según su cosmos imaginario, y sin acorralar los enviones de la emoción, formula con la simbología del fútbol un sentido existencial que resalta al que corrientemente se pretende para dar “orientación” a la vida y está anclado en el laberinto de la experiencia humana y en la capacidad para motivar, simbolizar y significar lo que creemos relevante a quienes están a nuestro alrededor (en el filme, toda la gallada que conforma la barra búcara).

Gonzalo Restrepo Sánchez
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