martes, 27 de noviembre de 2018

Mary Shelley



La cineasta saudí  Haifaa Al-Mansour narra con distinción, ritmo y vigor la inflexible voluntad de Mary Shelley (Elle Fanning, actriz con un futuro brillante) en no sucumbir en su época, a la decisión de sus deseos más profundos: el de escribir.


De manera que estamos ante un personaje como Mary Shelley y una historia sobre la famosa mujer que concibió al doctor Frankenstein y a su “criatura”. Con un paisaje remoto como las altas tierras de Escocia (aunque el filme de desarrolla en su casi totalidad en interiores), esta hermosa mujer de 16 años llamada Mary Godwin, que ambiciona y traza sus vacilaciones sobre todo lo establecido, plantea a modo de paralelismo entre su vida y la de la “criatura” la necesidad de un descreimiento y cierta insurrección vocacional en un universo machista.
En el conservador Londres del siglo XIX, hallando obstáculos para lograr publicar su primera novela, Frankenstein o el moderno Prometeo (1818), Mary lucha para que se reconociese su autoría y asimismo su condición de mujer. Y es que además, todos los personajes en la cinta, son culpables de sus propias necesidades y deseos: el alcoholizado esposo de Mary, Shelley, su apesadumbrada hermana, el triste doctor Polidori (quien realmente escribió “El vampiro”) y el canalla lord Byron.  
La distinción de la fotografía de David Ungaro y la partitura musical de Amelia Warner, insinuante y próxima al personaje, favorecen a que Mary Shelley logre una personal atmósfera, y marca cierta diferencia de otros biopics. Y es que la directora ha tenido la inteligencia que ese mensaje de libertad y lucha de la mujer contra las leyes establecidas y las ideas retrógradas de una sociedad machista, sirvan para dos cosas. Su tortuoso proceso creativo de Frankenstein y que la mujer merece tener su posición en la sociedad.
Gonzalo Restrepo Sánchez

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viernes, 23 de noviembre de 2018

First Man



Seis veces viajó el hombre a la luna y en esta oportunidad la película en nuestra cartelera local, muestra cómo fue esa primera ocasión, donde el astronauta Neil Armstrong (interpretado por Ryan Gosling) fue el primero. Y es que tomando esta premisa, la historia se centra en el personaje.


Vale la pena reseñar que su director es Damien Chazelle, recordado por su entrañable filme “La La Land”: Si bien son dos temas diferentes respecto a su reciente película, se puede señalar que es un excelente director y en esta oportunidad en una reveladora significación de la realidad, todos concluimos que esta primera experiencias del viaje a la luna, no era para nada sencilla y agradable (se desafiaba a la muerte).
Sin cometer spoiler alguno y empezando un poco por el final en el análisis de esta cinta, se puede concluir que si algo motivó a Neil, el terco deseo de continuar con un programa espacial más bien peligroso para su vida, era precisamente la ausencia de su primera hija, quien siendo todavía una bebé, había dejado de existir. Quizá solo así, con esta premisa, entendemos el héroe en toda su magnificencia.
Además, a pesar de ser un personaje a veces sobrio sobre sus ideas y pensamientos, el grado de empatía es absoluto, hasta el punto de convertirse en una seria tortura para el espectador, ante su serena decisión sobre su propósito en la vida (el viaje a la luna) y que vamos observando a lo largo del metraje. Cada una de las acciones de Neil estará dotada de esa disposición bondadosa inherente al personaje; incluso en el desenlace ya consabido por casi todos.
La película cargada de ansiedad y con un guion, de Josh Singer ("The Post", Spotlight), si bien plantea algunos aspectos biográficos del astronauta, el drama en su más pura expresión adolece, y todos creemos que estamos ante un héroe fuera de serie, y que el cineasta no lo eleva a exagerada exaltación en su tratamiento cinematográfico, como ocurre en otro tipo de filmes de esta naturaleza.
Y es que conocer lo que pasa en la mente del hombre enfrentado a la larga a la nada (siempre vemos el rostro de Neil) y sus mutismos y esos silencios en el espacio, dan la categoría de un manejo excelente del lenguaje y una puesta en escena ejemplar. Y es que, sin una lectura metafórica del filme, se puede concluir sobre la importancia del guion, donde se evidencia los estados de ánimo de los personajes.
Gonzalo Restrepo Sánchez
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miércoles, 21 de noviembre de 2018

'The Favorite' filme de género con el triángulo amoroso más escandaloso de 2018



Aquí tenemos el tráiler de la que promete ser una de las películas más fascinantes del año. Después de las raras y estimulantes 'Langosta' y 'El sacrificio de un ciervo sagrado', Yorgos Lanthimos vuelve con su primer drama de época, titulado 'The Favourite'. El adelanto deja claro que el cineasta griego quiere asombrarnos con la belleza y la locura de su nuevo trabajo.



Olivia Colman, Rachel Weisz (ambas colaboraron ya con Lanthimos en 'Langosta') y Emma Stone protagonizan esta historia ambientada en Inglaterra a principios del siglo XVIII. Se centra en dos mujeres que compiten por ser la consejera de la Reina Ana de Gran Bretaña, Duquesa de Marlborough, cuando ésta comienza a sufrir problemas de salud y pérdida de sus facultades mentales...
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martes, 20 de noviembre de 2018

Upgrade



No es nada nuevo que el cine de ciencia ficción esté pasado por un gran momento, y si se le añade los ingredientes del thriller, pues hay un verdadero terremoto emocional y esto es lo que sucede con el distópico filme australiano “Upgrade”.


Cargado de todos los horrores posibles, en un viaje frenético de un hombre en busca de venganza, donde su cineasta Leigh Whannell (“Terminator” y “Robocop” y veterano de las franquicias “Saw” e “Insidious”) y tal como lo describe The Hollywood Reporter: “con una infusión de sus conocidos tropos de ciencia ficción distópicos con estilo gonzo”, logra una cinta ajustada a los tiempos que vivimos de algún modo cibernético.
Este thriller de venganza futurista, gira en torno al personaje llamado Gray Trace (Logan Marshall-Green), un mecánico de autos y muy enamorado de su esposa Asha (Melanie Vallejo), que ha provisto su casa con tecnología de punta y de pronto todo resulta en vano.
Pues bien, esta es una historia que  no se queda en un inquieto thriller de serie B y vacío. Por el contario, va ganando fuelle a medida que se van descubriendo las claves de un misterio que, en último ruego, se revela como un viaje frenético y a tope.
Podría haber sido suficiente algunas escenas, pero no, su director logra decir lo que quiere en un físico, severo, robótico y cinético del actor y sobre todo en las escenas en las que STEM se apodera del cuerpo de su personaje. ¡No me imagino un futuro así!

Gonzalo Restrepo Sánchez
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Fantastic Beasts: The Crimes of Grindelwald


Evocando quizás la tradición de la literatura clásica británica de fantasía, con sus algarabías y universos propios, directos al convencionalismo, en la línea de Jonathan Swift, Lewis Carroll, Tolkien, etc. J. K. Rowling moldea así su creatividad.


De todas formas, el filme presume la segunda entrega (serán cinco filmes), tras la genial, pero algo pesada “Animales fantásticos y dónde encontrarlo” (David Yates, 2016). Estas películas (hay que reconocerlo) son realizadas para sus seguidores, con sus señas, sus mensajes y hasta ciertas invenciones sociales, más allá de las propias historias.
Con el fabuloso virtuosismo que han rebasado los efectos digitales en pleno siglo XXI, el filme tiene por un lado, un arranque con huida del villano Grindelwald (Johnny Depp) en una carreta fantasma, pero por otro, al zoólogo de bestias irreales Newt Scamander (Eddie Redmayne) en su estado puro, llamando la atención su absoluta apuesta por un cine de estilo.
Una pieza que bien pudo ser de suspense y remitirnos un poco al cine negro clásico (atestado de personajes ambiguos)  y que dejan ver manifiestamente sus verdaderos planes, esgrimiendo atmósferas seductoras y una puesta en escena cargada de efectos especiales.
De todas formas, Albus Dumbledore (Jude Law) recluta a su antiguo estudiante Newt Scamander, quien accede a prestar su ayuda. Hasta ahora se creía que Dumbledore tenía solamente dos hermanos. Algo a tener presente en esta historia y hablando de Dumbledore, es que era un Obscurial (un joven mago que ha desarrollado un Obscurus, como resultado de haber suprimido su magia a través de abusos psicológicos o físicos, generalmente por temor a ser perseguidos por muggles). “Cuando un Obscurial sobrepasa su límite emocional, pierde su control sobre el Obscurus, y lo libera como un viento destructivo invisible, o casi invisible, o puede transformarse físicamente en él”.
Desde las primeras y selectas representaciones pictóricas, con esas imágenes arquitectónicas de París y Londres, adornadas con sus características luces y atmósferas de la época, mientras se escucha la música compuesta para el momento por James Newton Howard, ambos conceptos logran que, el espectador esté atento de una función que, en principio, promete mucho más de lo que acaba dando, resultando destacable el modo en que se presenta a los protagonistas, a pesar de sus diferentes caracteres.
De manera que sin necesidad de cometer spoilers, pienso que la película de Yates  se alarga más de la cuenta y la secuela genera un cierto letargo del que casi no salimos bien librados.

Gonzalo Restrepo Sánchez
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martes, 13 de noviembre de 2018

The Girl in the Spider's Web



Dirigida por el uruguayo Fede Álvarez y basada en la novela “Lo que no te mata te hace más fuerte” de David Lagercrantz, una continuación literaria de la saga 'Millennium' creada originalmente por Stieg Larsson, es un aceptable thriller donde no se puede dejar de estar atento a la historia, sino se pierde.


Con cierto tono a los filmes de David Fincher, el filme donde la joven hacker Lisbeth Salander y el periodista Mikael Blomkvist se hallan atrapados en una red de espías, ella carece de la profundidad psicológica que en su día la diferenció de cualquier otro tipo de agente secreto. Película pues del realizador uruguayo que  se atañe en forma y figura al ritmo de una vida nada cansada, frágil y con todos los sobresaltos de los dos personajes, que para nada rehúyen al ajetreo de una fría urbe y abarcan el consabido argumento del “zeitgeist” europeo.
Reitero y respecto al personaje femenino (que ocupa todo el interés del filme) y sin ser un rostro de cámara y dotado de laberintos, es posible alegar un vez más, que el ser humano no es solo lo que parece; asume un valor (y para este caso) algo perspicaz y transformador. Aunque si bien con un cúmulo de intenciones y una corriente salvaje, tiene una diferencia de grado con el cine  que le precede y para nada: neutral, solemne y ligera, como si no pretendiera perturbar la realidad con su presencia. ¡Uf!
Gonzalo Restrepo Sánchez
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Hunter Killer



De pronto se recupera un poco ese viejo género de los submarinos con este interesante thriller político, que aunque tiene su escritura para ser un trabajo bien comercial, no deja de tener en vilo a los espectadores, para quienes a la larga se dirigen los filmes, no para los críticos.


En otro orden de ideas, y para los tiempos que vivimos con un Trump y una Rusia tan lejos, pero tan cerca, la perspectiva desde la que está trazada esta ideología fílmica  (sin el miedo y sin la pesquisa de concienciación), el cineasta Marsh ondea su cine y su mensaje sin el descrédito absoluto, y sin el ultraje hacia todos aquellos que de una forma u otra apoyan (o no) al presidente de los Estados Unidos.
La película y sin que pierda su provocadora idea inicial, y admitiendo un espacio para la deliberación en un cierre irreversible, estás imágenes otorgan una turbadora dosis de intriga que se convierte en el esqueleto por el cual se sostiene tanto la trama militar, como el seguimiento del caso político del secuestro del presidente ruso.
A esto hay que agregar el atractivo manejo de los tiempos dramáticos por parte del director del filme, lo que termina ordenando una narración que “navega” plácidamente tanto por el espacio en dos potencias mundiales y la psicología del poder en el cine, como por el ulterior aplauso público, asimilando el mensaje final para estos tiempos donde parece no pasar nada.
Gonzalo Restrepo Sánchez
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