lunes, 21 de noviembre de 2022

Cliff Walkers

 

“Cliff Walkers” es la primera incursión del director chino Zhang Yimou (La linterna roja, Hero, Sombra)  que hace en el género del espionaje, y aunque no sea una idea que esté imaginada para enaltecer grandes entusiasmos, sí sujeta un valor en sí misma: todo está en orden y en su lugar. La película es seductora en sus imágenes, práctica en su armadura de las intrigas y hasta conmovedora cuando se plantea serlo. Únicamente por formar parte de la filmografía del director chino, esta cinta  ya tiene un atrayente estilo estético.

Si tómanos en cuenta que el factor de todo está en cazar filtrados en el régimen chino, a través de una operación llamada “Utrennya”. La película resulta por momentos confusa. Tomando siete capítulos en su relato (entre espías y contraespías), la cinta con un arranque cargado de incertidumbre cuando caen 4 paracaidistas; la situación de suspense en ese primer tercio del filme es verdaderamente interesante y cargada [de entrada] de muchas formulaciones. Por otro lad,o expertos sostienen (sin sorna) que Zhang Yimou es la voz oficial del régimen de Xi Jingping,  y “Cliff Walkers” está dedicada a “todos los héroes de la revolución”.

Así las cosas, esta película de espías ambientada en los años treinta, en la que cuatro agentes de la China comunista [a quienes dan vida Zhang Yi, Qin Hailu, Zhu Yawen y la joven Liu Haocun], entrenados en la Unión Soviética, descienden en la Manchuria enfrascada por los japoneses para salvar al superviviente de un campo de exterminio; está ajustada según los patrones del cine clásico, y que sirve como vehículo de propaganda para vigorizar patriotismos amenazados por la dificultad de identidad.

Cliff Walkers no es ni más ni menos que una película de espías, de las que se dan muy poco en Oriente. Por esta lado del planeta un antecedente y en ese estilo aunque tangencial por lo de los complots [que uno no sabe qué pensar sobre lo observado en la pantalla], lo hallamos en uno de los mayores creadores cinematográficos: el alemán Fritz Lang, que inclinó en 1927 su estilo en «Los espías» [Spione (1927)], sobre la intriga de una red de espías gobernada por un infame inválido, que, desde su madriguera, subyuga una amplia red de agentes abierta por todo el mundo. Sus perversos planes se verán malogrados al enamorarse una de sus chicas de un agente del gobierno. Para “Cliff Walkers” no hay enamoramientos, pero: todo estará bien cuando salga el sol”