El
filme que arranca con la imagen de Saleem arrestado por la autoridad de
seguridad palestina (acusado de contrabandear prostitutas israelíes a
Cisjordania). Pero más allá de este personaje y su relación adúltera con Sarah;
este filme palestino, a la larga, resulta ser una metáfora sobre la relación
entre palestinos y judíos en Jerusalén. De todas formas viendo así de sencillo
esta historia, el guion ofrece todas las garantías de un excelente drama.
Pero
otra lectura de este filme, es el acento de thriller (psicológico) de una
relación amorosa que traduce para los servicios secretos del país, un asunto
político. Este asunto de la película —contada a modo de flash
back—, trasfiere adecuadamente las durezas entre una Jerusalén occidental y la
otra oriental, revelando una realidad de a puño: la dificultad entre israelíes
y palestinos para cualquier tipo de relación.
Por
lo demás, esta segunda película del director palestino Muayad Alayan si bien
toca un tema (asuntos extramatrimoniales que han sido la base de muchas
películas), logra un excelente filme con un guion tan esterilizado y algo
convencional, que si bien, de pronto no aporta novedad alguna al género, se es reflexivo
sobre la relevancia del asunto y atina de pleno en el amor que se desprende de
los personajes.
Gonzalo
Restrepo Sánchez
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