Esta
película aunque está destinada al público infantil, no deja de ser un filme
para adultos. El o los mensajes que la cinta deja en torno a la amistad,
invitan realmente a una reflexión sobre ello. Y es que si bien los personajes son
juguetes, las cualidades de entrega, compromiso y sacrificio observados entre
ellos, deja una reflexión generosa a cualquier adulto que la observe. Si “Toy
Story 3” utilizaba el espacio de una guardería, para los “debates” sobre la
relación entre los personajes, “Toy Story 4” lo hace en una tienda de
antigüedades situada cerca de una feria.
La
historia arranca escuchándose la letra de la canción “Yo soy tu amigo fiel”. Y es que cuando John Lasseter realizó su
primer “Toy story”, ya involucraba con la canción los sentimientos de jóvenes y
no tan jóvenes. Pues bien, esta idea reafirma una vez más de lo que está hecho
el juguete Woody —o el personaje que más de uno quisiéramos ser—. Este vaquero
llamado Woody evidencia ser el regreso de un personaje héroe a lo Spielberg: una
rectitud absoluta y un sentido del deber y de —como escribía al comienzo— la honradez,
la pertenencia y generosidad.
En
este orden de ideas, la historia cargada de aventuras, su director la engalana
con una brillantez sublime. Woody y su relación con Bonnie, su aceptación sin resentimientos
y preocupación para que su nuevo juguete preferido: el increíble Forky, sea consecuente
de su gran responsabilidad. Aquí por supuesto entran las reflexiones y de las
que nadie está ausente.
Hablar
de la amistad, desde la figura de la teoría ética de Aristóteles, presume
discurrir en cierta forma acerca de la justicia y, por lo tanto, aproxima toda
relación entre sus semejantes —en cuyas partes se da algo en común—. En la película
verificable entre los juguetes. Empédocles sostiene que
la amistad se funda en cierta igualdad, al afirmar que “lo semejante tiende
hacia lo semejante”.
Si
bien las dos hipótesis opuestas acerca del origen de la amistad —en el sentido
de que ésta se da o entre seres semejantes o entre contrarios— generan en “Toy
Story 4” lo melodramático en la historia, evocando por supuesto, una posterior diferenciación
aristotélica de la amistad entre semejantes y desemejantes. El tratado de la
amistad en el cine contemporáneo desde la apariencia de género —queramos o no— supone
una nueva representación.
Volviendo
al filme y aunque son los sentimientos tan identificables y cinematográficos de
Woody los se sitúan en el médula de la película, el rescate del personaje de Bo
Peep y su cambio de carácter, es lo que le dan profundidad y sentido a la
aventura del vaquero, que explora los dilemas del mundo que se le abre, ofreciendo
al mismo tiempo mucho júbilo a los más pequeños y mucho de qué cavilar a los
adultos.
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