Ocho películas en cuatro días de funciones trae el ciclo “Grandes
momentos de la comedia italiana” que proyectará la Cinemateca en su sede
Country, con el apoyo del Instituto Italiano de Cultura y la Oficina Cultural
de la Embajada de Italia. Lo anterior tras un recordado fogueo de la misma
selección en la sección “Retrospectivas y muestras” del 54 Festival Internacional
de Cine de Cartagena, donde se exhibieron siete películas. El turno para
Barranquilla incluye un filme adicional, del 31 de marzo al 3 de abril.
Por
Julio Lara Bejarano. Jefe de Prensa.
En el 54 Ficci fueron siete. En la Cinemateca del Caribe
serán ocho las películas proyectadas dentro del ciclo “Grandes momentos de la comedia italiana” programado
con el apoyo del Instituto Italiano de Cultura y la Oficina Cultural de la
Embajada de Italia, con dos funciones diarias (4:30 y 7:00 pm) del 31 de marzo
al 3 de abril. Grandes exponentes del cine itálico como Ettore Scola, Nanny
Loy, Federico Fellini, Dino Risi, Luigi Comencini y Nino Manfredi se dan cita
con lo mejor de su filmografía representada en títulos como: “Rufufú da el golpe”, “Los inútiles”, “El jeque blanco”, “Arreglo de
cuentas en San Genaro”, “Pan, amor y
fantasía”, “Brutos, feos y malos”,
“A caballo del tigre” y “Las tentaciones de Benedetto”.
En la sede Country (Calle 76 No. 57-61) las franjas
horarias serán de 4:30 p.m., y 7:00 p.m. con los precios regulares de taquilla.
El ciclo llega
a Barranquilla tras un recordado fogueo en la sección “Retrospectivas y muestras” del 54 Festival Internacional de Cine de
Cartagena, donde solo se exhibieron siete películas.
Por citar apenas un ejemplo, en Los inútiles (I vitteloni,
1953) la acción transcurre en Rímini, lugar de nacimiento de Federico Fellini,
lo que le otorga de entrada un cierto carácter autobiográfico, consideración
que se acentúa cuando se mira un personaje como Moraldo, el único capaz de
tomar la decisión de abandonar la ciudad y marcharse a Roma en busca de poder
realizar sus sueños.
Fellini realiza una de las más bellas y tiernas
descripciones de un grupo de amigos, cinco jóvenes que gastan sus días en medio
de la tranquilidad y la calma de la vida en provincia, dedicados al ocio y a
pensar en la manera como cada uno de ellos deberá resolver su vida. En la
antesala de tener que convertirse en adultos, casi todos ellos están más cerca
de la evasión y del autoengaño, incapaces de asumir las decisiones que los
convertirán en mayores. Con
esta obra obtuvo su primer gran reconocimiento internacional con el León de
Plata recibido en el Festival de Cine de Venecia y sirvió también para que
Alberto Sordi alcanzara el estatus de una verdadera estrella de la comedia.
Del mismo modo, los asistentes podrán apreciar en El jeque blanco (Lo sceicco bianco, 1952) la Opera Prima en solitario de este
director, en la que aparecen los gérmenes de lo que sería su cine en los años
cincuenta. Ante todo el gusto por los ambientes populares, con personajes que
enfrentan la vida en condiciones adversas y a los que mira con una especial
ternura, tal vez la misma que nos despiertan los payasos en el circo. La
aparición de nombres como Ennio Flaiano en el guión y Nino Rota en la música,
muestra a las claras el alcance que debe darse a El jeque blanco como inicio de una carrera cinematográfica que lo
llevaría a las más grandes alturas. Y otra aparición para resaltar: Giulietta
Masina, la mujer a la que siempre llamó y consideró su musa.