Esta cinta española con
un montaje pausado para una serie de acciones con un sosiego aterrador ante los
deseos de un protagonista calculador y
malévolo, "Caníbal"
(cargada además de muchos silencio) es una reflexión expuesta desde la
simbología. Un sastre que asesinan bellas mujeres en serie (de quien no
conocemos nada de su pasado).
En "Caníbal" Carlos es presentado al inicio del filme con
un plano larguísimo, desde el interior de un vehículo, hacia una gasolinera
alumbrada y rodeada de oscuridad. Y es que todo el relato (en cada plano) está absorbido
en esa sensación de soledad en un psicópata a quien terminamos por ignorar,
pues lleno de hastío este personaje, nunca busca en su interior, a pesar de
acudir a las eucaristías.
La película presenta
pues un personaje, que tiene un deseo sexual invariable, la carne le obsesiona,
y nada más. Un resultado al final deprimente,
pues no hay un hilo emocional para el espectador que espera no ser absorbido
por pista alguna, pues no existen en la intriga principal. Film bien dirigido,
pero que le faltó alma. Aunque todo esto suene a contradictorio.
Gonzalo Restrepo
Sánchez
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