Cuando el personaje Theodore
dice (mirando a cámara): “No podría decirte lo mucho que significas para mí” a
una voz femenina de un sistema operativo (¿la conciencia?), bien pronto entenderemos
de qué va el asunto. Y es que esta irónica y divertida reflexión de Spike Jonze,
sobre la idea de si nos podemos enamorar en un mundo de inteligencia artificial,
trae sus puntos de vista bien interesantes.
El ensimismamiento del
personaje y zambullido en las redes
sociales y su mundo de “subuso”, nos transita por ese cosmos de la soledad y de
la vida interior supuesta de la existencia anodina (a la larga) de quien no
quiere saber nada de la realidad real. Un “mito de Sísifo” en el ciberespacio y
que ante semejante metáfora, todo nos da
la conclusión de lo irreversible que es la vida. Con o sin alguien a
quien amar.
El exceso en apariencia
de la voz OFF sobre el rostro y la vida del solitario de Theodore —lo que tiene
que escuchar ante la cantidad de mensajes que “le dejan” y sus propias
reflexiones—, nos llevan a la deliberación final para quienes preexisten en esa
realidad. Y es que transitando por ese mundo, lo que representa el yo ideal, es
nuestro cerebro creando un modelo (una imagen multidimensional), que difiere
mucho de los patrones o conductas que deberían ser, para unos propósitos, a lo
mejor de superación.
Gonzalo Restrepo Sánchez
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