Drama inteligente que toca el corazón de cualquier ser
humano en torno a las capacidades del mismo para ser lo que se proponga. En
este caso el film es interesante, pues sin la omisión de recrear un hecho
válido en la historia del béisbol de los norteamericanos (verdaderos racistas),
el deporte siempre deja la lección (por lo de trabajo grupal) de que lo que
importa en la vida son las buenas intenciones.
Historia pues de pronto
algo larga en su metraje y algunos puntos lentos, el tercio final conmueve pues
es la razón de la película excelentemente ambientada y con un Harrison Ford cargado
con algo de exceso en sus aspavientos histriónicos.
Otra lectura sería el
tema racial, pero como de lecciones e trata, queda para el espectador
interesante, lograr sacar de cada momento del primer beisbolista afroamericano, lo
que su interior le motiva y "habla".
Gonzalo Restrepo
Sánchez
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