El ejercicio
analítico del discurso fílmico parece formar parte de todos aquellos interesado
por el cine. Ello implica la complejidad y multiplicidad de puntos de vista que
articulan los debates sobre cine desde hace varios años, rompiendo una especie
de mitología esotérica en torno a las dificultades del acercamiento a la
comprensión de un film.
Gonzalo Restrepo Sánchez, crítico de cine |
Comentar un film
es en el fondo una actividad bastante común. No se necesita para ello ninguna
acreditación especial. Cualquier especulador por poco critico que sea, por muy
discreto que se sienta del tema o de la estructura de un film, puede
practicarla en cualquier momento. La mirada puede disociar ciertos elementos
para interesarse en una secuencia determinada, en un encuadre o parte de un
encuadre, en un personaje. Desde esta perspectiva, el comentario es una
práctica común al crítico, al teórico, al cineasta y a cualquier espectador
normal y corriente.
LA NOCIÓN DE COMENTARIO
Según Ramón
Cardona, podemos definir esta noción “como
el conjunto de operaciones realizadas sobre un objeto-film con el fin de
describir su modo de funcionamiento estructural y el significado que sirve de
base para su articulación como tal
objeto”. Aunque una película es para cada uno de los espectadores una forma
diferente de “ver” las cosas allí señaladas, el comentario limita y no se
limita describir. Tampoco descubrir en primera instancia que quiso o no quiso
decir alguien detrás de cámara (otro problema), sino entablar un diálogo con un
texto y hacerlo entender con nuestra interpelación. El comentario en
consecuencia implica el análisis, la interpretación, para que el espectador
sobre su análisis e interpretación confronte.
Según Pierre Sorlin,
también debe haber una aproximación histórica. Es decir, descomponer los
elementos de la representación socio-histórica que puedan observarse en su
seno. Y esta concepción del comentario no desempeña ningún papel en el
mecanismo de la representación y estudio por ejemplo de los géneros.
COMENTARIO
Y ANÁLISIS
LA
CRÍTICA
(¿Qué es un film?)…
Hay que abordar primero dos problemas: el de orden tecnológico y, el segundo,
de orden socio-económico (la producción, realización. Apoyo logístico y el
trabajo humano de grupo).
Por eso no
resulta ocioso intentar delimitar un campo operativo que implique definir el
concepto de film, sin reducirlo a la mera presencia de unos elementos visuales
y sonoros fijados en un soporte. Todo lo dicho, significa que definir un film
resulta más complejo y contradictorio. Por una parte, film, remite a la
propuesta textual que dicho objeto expone ante los ojos del público. Finalmente,
film es también el resultado de una apropiación e interpretación.
A modo de conclusión
y resumen, podemos señalar que a la hora
de comentar un film debemos dividir la
totalidad en partes: primero, la segmentación (podemos afirmar que la sintaxis
fílmica asume la existencia de cuatro estadios de mayor a menor: el episodio,
la secuencia el plano y el escuadre). La segunda, la estratificación, consiste
en delimitar los diversos estratos que componen un film (la función de la
música por ejemplo). Y la tercera, la recomposición (se reorganizan los
elementos de la experiencia cinematográfica para ofrecer una lógica que explique el funcionamiento del conjunto).
La norma de lo que consideramos un film “bien hecho” remite a nuestros propios
códigos culturales.
¿Para qué sirve la
crítica cinematográfica?... Para ahondar en la problemática textual. Porque,
¿quién habla en un film? El “yo” que habla puede ser leído como el “yo” real
que presta su nombre para encabezar el objeto a título de autor. La noción de
autoría debe ser, en consecuencia, discutida en relación con el comentario de
textos fílmicos.