Cuando
se es joven, se tienen pocos pecados que contar. El pecado no existe en la
medida que uno descubre sus posibilidades en un mundo cruel e hipócrita. Así
podrían leer este film, casi desconocido en el planeta, pero que bien vale ver
en la media que uno es lo que siempre quiso ser. Es decir:”somos lo que somos porque otros fueron lo que fueron”.
Ahora,
si bien la historia (de jóvenes y para jóvenes) también habla de las iglesias y
patrones de conducta, la antítesis del chico protagonista, nos devela que las identidades
sociales están a la orden del día. Por la demás una puesta en escena simplona,
y a veces, falta algo de fuerza en ciertas escenas que lo ameritan. De todas
formas buen título, de esta cinta que, reitero, todo mundo anda buscando la
diferencia entre prototipos y arquetipos. ¡Algo difícil cuando se es joven,
feliz e indocumentado…!
Gonzalo Restrepo Sánchez