martes, 28 de agosto de 2012

ANÓNIMA



Interesante película que arranca con una fuerza dramática, gracias a su personaje femenino —un anónimo (Nina Ross) que narra en primera persona lo sucedido cuando los rusos invaden Berlín—, además que se aparta de convencionalismos femeninos para mostrarnos a la mujer como ser humano desprotegido y sin más arma que su honestidad. No para darnos lástima, sino para formular una vez más, lo salvaje del hombre —y en tiempos de guerra, peor— cuando sobre los derechos de la mujer se trata.

Sin metáfora alguna, el cineasta Max Färberböck pone el dedo en la llaga (*) y revela a través de sus personajes, hechos históricos que sin la exaltación de una cámara bien dirigida, proporciona el suficiente drama sin los aspavientos de condiciones morales entre vencidos y vencedores.

(*) Los historiadores deducen alrededor de 125 mil las mujeres y niñas violadas por las tropas soviéticas en Berlín y cerca de 2 millones en toda Alemania, durante el fin de la Segunda Guerra Mundial, casi todas ellas reiteradamente.
Gonzalo Restrepo Sánchez