martes, 24 de abril de 2012

"Betty Anne Waters (Conviction)"

Para los que están en desacuerdo o viven en pleno desacuerdo en todo, hasta en nimiedades, C. G. Jung revisa algunos de los conceptos claves de su psicología: Define “persona” —que se corresponde aproximadamente con el “super yo” de Freud—, como “el resultado de las demandas sociales y el compromiso con lo que a uno le gustaría ser o parecer”. El papel que la sociedad espera que juguemos con una máscara artificial de la personalidad. En Manniskoätarna (1966), de Ingmar Bergman, creo que podemos ilustrar a aquellos que se esconden detrás de su rostro, con sus ajustadas subdivisiones y la cinta concluye refiriéndose al siempre espinoso asunto de la “transferencia”, entendiéndola como función psíquica mediante la cual un sujeto transfiere inconscientemente y revive, en sus vínculos nuevos, sus antiguos sentimientos, afectos, expectativas o deseos infantiles reprimidos. Con base en lo anterior, todavía no he visto una mala película en la que trabaje la actriz Hillary Swank desde que trabajara en su famosa cinta “Los chicos no lloran”. Hillary sabe darle a sus personajes esa categoría emotiva y convicción de lo que hace (“Amalia”) y sin caer en nimiedades y desacuerdos, que es la lección que algunos deben aprender. En esta oportunidad con “Conviction”, la actriz resuelve con claridad los sentimientos que imprimen a una mujer deseosa de demostrar al mundo, además, la inocencia de un hermano. A pesar de que el film, se circunscribe en esa idea de vencer a todo un establecimiento, la película recrea un hecho jurídico sin aspavientos y que una vez más, invita a la reflexión sobre que es realmente la justicia. En este sentido, la historia del cine ofrece muchos ejemplos como 'Erin Brokovich'. De manera pues que la película que hoy nos ocupa es buena, que con los ingredientes de suspenso, resalta además unos personajes gracias a los actores que los caracterizan.