No es nada nuevo que el cine de ciencia ficción esté
pasado por un gran momento, y si se le añade los ingredientes del thriller,
pues hay un verdadero terremoto emocional y esto es lo que sucede con el
distópico filme australiano “Upgrade”.
Cargado de todos los horrores posibles, en un viaje
frenético de un hombre en busca de venganza, donde su cineasta Leigh Whannell (“Terminator”
y “Robocop” y veterano de las franquicias “Saw” e “Insidious”) y tal como lo describe
The Hollywood Reporter: “con una infusión de sus conocidos tropos de ciencia
ficción distópicos con estilo gonzo”, logra una cinta ajustada a los tiempos
que vivimos de algún modo cibernético.
Este thriller de venganza futurista, gira en torno al
personaje llamado Gray Trace (Logan Marshall-Green), un mecánico de autos y muy
enamorado de su esposa Asha (Melanie Vallejo), que ha provisto su casa con
tecnología de punta y de pronto todo resulta en vano.
Pues bien, esta es una historia que no se queda en un inquieto thriller de serie B
y vacío. Por el contario, va ganando fuelle a medida que se van descubriendo
las claves de un misterio que, en último ruego, se revela como un viaje
frenético y a tope.
Podría haber sido suficiente algunas escenas, pero no,
su director logra decir lo que quiere en un físico, severo, robótico y cinético
del actor y sobre todo en las escenas en las que STEM se apodera del cuerpo de
su personaje. ¡No me imagino un futuro así!
Gonzalo Restrepo Sánchez
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