“Puedo asegurar que, por muy cruda que sea la película, este es el western nevado más divertido que se haya hecho”. Así describía Tarantino The Hateful Eight para EW el mes pasado
Película inteligente que una vez más, nos recrea el pensamiento de Tarantino (nos recrea sus filmes anteriores) y sus diálogos explosivos. Filme que en su metraje excesivo, no aburre, pero deja la sensación de acabar pronto. Con un prólogo donde se presenta a los implicados odiosos, los dos tercios restantes, nos señala la condición del ser humano y su malparidez.
De manera pues que Tarantino con la música de Morricone, impregna en este western todos los códigos de lo que somos los seres humanos. Esa regla de juego que una vez Renior lo relatara en su filme: salvar las apariencias (y para este filme) en medio de buenos y malos.
Sin muchos emplazamientos con la cámara, se percibe que donde la coloca el cineasta deja esa información emotiva sin rodeos, dejando a un lado los prototipos y mostrando (emocionalmente en su punto de vista) "los tonos claros y oscuros" de ocho odiosos sin lugar a dudas.
Gonzalo Restrepo Sánchez
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