Realmente interesante este título, que más allá de
cuestionar aspectos cinematográficos (que lucen todos correctos), el tema nos
invita a pensar una vez más sobre si el cielo puede esperar. Y digo esto, porque
si bien (al menos para mí) nadie quiere morir en esta vida, ¿qué ocurriría si
tuviéramos que vivir para un largo, largo tiempo, donde la ley de la vida
es envejecer y morir?
Planteado así el debate, el guión luce perfecto en el
sentido de no dejar todo a esas "colisiones" extrañas de la vida, que
nos sorprenden a veces por el sentido de designios que nuestra mente elucubra.
La vida debe tener un sentido. La vida es ese inmenso cosmos que a veces se
confabula con nosotros los pobres seres humanos. Y digo “pobres” en el sentido
que en la eternidad, nadie huye para siempre.
Blake Lively la actriz que encarna esa "vida
eterna", es ese hilo conductor que luce como la vida misma, bella, sin
prisa alguna y llena de decisiones, cuando de dejar al ser amado se
trata. Y es que si observamos este filme a través de esta metáfora, básicamente nos llegamos a preguntar (que
no el protagonista), si tanta belleza es posible y si guía nuestro destino. En
este contexto, bien podríamos evocar “El árbol de la vida” de Terence Malick.
Filme altamente recomendado, donde no
decae su interés y cómo terminará todo el asunto que plantea a la larga
nuestros sentimientos. Y es que director juego con ellos, para después dejar
todo en su sitio correcto. Nos imagina todo como debería ser en un ciclo de la
vida. ¡Qué nada! Nadie saldrá vivo de este planeta al que llamamos tierra.
Gonzalo Restrepo Sánchez
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