viernes, 7 de septiembre de 2012

PARA RECORDAR: DÍAS DE VINO Y ROSAS



En el año de 1962 Blake Edwards ("La pantera rosa", 1963), especialista en comedias, dirige con cámara firme este drama con dos actores del momento como Lee Remick y Jack Lemmon para hablarnos de cómo una vida inmersa en el alcohol, puede llevar a puertos tan extraños, que después no se puede regresar. En este contexto, ella y él representan una realidad que todavía sigue cabalgando en nuestros días, y, que destruyen vidas sin cesar.

La vida del alcohólico siempre estará en la puesta en escena en el cine ("Días sin huella", de Billy Wilder" es un gran ejemplo de ello), pues,es un tema que siempre implica abordar culpabilidades y formas de resarcir lo que (de pronto) ya no tiene remedio. Por lo demás unas actuaciones destacadísimas y una historia un tanto lineal si se quiere, pero que tiene todos los elementos para verla una y otra vez. 

Y es que la lección del film con unos diálogos empapados de gran verismo, las irregulares relaciones con los padres, personalidad frágil, etc., debe quedar bien aprendida: "Bebo para ahogar las penas, pero las condenadas no se ahogan, sino que flotan".

Gonzalo Restrepo Sánchez