El cineasta Nicoll ha diseñado este thriller por momentos trepidante, en que nos expresa en inteligente alegoría sobre cómo debemos gastar nuestro tiempo. Hasta qué punto de nuestras vidas hemos tenido que correr, y hasta qué punto debimos caminar despacio. Así que “nunca te quejes de tu tiempo; porque has nacido para corregirlo”.
De todas formas este es una historia que me recuerda el pensamiento napolitano: “Si tienes tiempo no esperes a tenerlo". En este contexto, la historia nos dice mucho respecto a cómo hemos manejado el tiempo en nuestra vida.
Si bien la historia es un encuentro en un mundo futurista y caótico entre un chico pobre y una chica rica —entiéndase Will Salas (Justin Timberlake) y Silvia Weis (Amanda Seyfried—, no es menos interesante la reflexión que deja en el caso de este universo distópico, sobre “nada tarda tanto como aquello que no se empieza” (prefiero no cometer spoiler).
De todas formas un film que continuará, donde veremos a Will y Silva como los Bonnie y Clide del futuro. ¡Y es que la historia se repite!
