EL HOMBRE DE PAPEL

Lo válido de esta historia es que nos muestra un excelente trabajo actoral, la madurez de su cineasta por aquel entonces. Sin embargo, ni muestra con firmeza crítica los bajos fondos del personaje encarnado por Ignacio López Tarzo. Ni sucumbe ante el melodrama tonto de quien sin ser nadie, seguirá siéndolo.

De todas formas, es un trabajo que se suma a esa larga lista del cine sobre la marginalidad, seres abyectos, aunque de pronto, este personaje nos remita un poco más a un Umberto D. en su casuística. De manera y a modo de conclusión, es una cinta que nos habla sobre buenas intenciones, una vida no tan llevada de lo sórdido y que es recomendable a todos  los cineastas con sensibilidad por una cámara que se deja llevar por la trama.

Gonzalo Restrepo Sánchez
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