“Drive” (del mismo
director de “Pusher”, donde lo descubrí como cineasta de autor) es una historia
sombría que nos retrata la vida de un outsider en el sentido de vivir en medio
de sus sombras existencialistas. Un joven (Ryan Gosling) que trabaja en escenas
de riesgo conduciendo coches para películas, se ofrece para ayudar a su vecina
(Carey Mulligan).
A medio camino entre el
cine negro e independiente, el film recrea un mundo nada complaciente sobre los
vínculos de un joven con su entorno y que señala el derrotero de un amor en
silencio. Eso es, una historia de amor en silencio, pues esa misteriosa soledad
del driver nos conduce a su inexpugnable certeza de lo que hace, invitando esto
último a referencias de otros films al respecto. Pero, bueno, estamos ante un
film que describe de alguna manera a
seres solitarios que muy poco expresan sus angustias.
Gonzalo
Restrepo Sánchez
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