“La saga crepúsculo:
amanecer 2” es quizá la más floja de las películas sobre el exitoso libro en el
que se basa la historia. En este contexto, no obstante hay que rescatar de cara
a la gente joven, que el romance entre la hermosa Bella tras convertirse en
vampiro (Kristen Stewart) y el buen mozo Edward (Robert Patinson), es pilar
fundamental para que la trama se mantenga en un largo clímax, y sobre todo que
los fans de una y otro recen para que no les pase nada, ante el mal que se les
avecina.
Hay que destacar (eso
sí) del cineasta Bill Condon que trabaja con una cámara inquieta, unos primeros
planos de los vampiros, que más que pensar en el susto que viene, nos brinda el
sentimiento de amistad. Y este puede ser el éxito de la saga.
A la larga, unos
vampiros como Edward y su “combo”, un poco (o mucho) más humanos que no desean
hacer nada mal a nadie y ser felices. La reacción que experimenta el público
joven sobre lo que pudo haber sido y no fue (el encuentro a muerte entre los
“buenos” y los “malos”), parece que les defrauda un poco, no tanto por la
puesta en escena (de lo mejor del film), sino porque se sienten un poco
usurpados en el sentido de restarle a sus héroes, esa capacidad de ser
realistas y afrontar con éxito en embate final.
Gonzalo Restrepo Sánchez