sábado, 9 de junio de 2012

RECORDANDO: SOY CUBA

Sobre la zona meridional del film cuando los estudiantes con su cánticos y uno llevando una paloma blanca, en la Universidad de La Habana y vemos cómo chorros de agua intentan detenerlos, comprendemos perfectamente la ideología (sin rifles aún en ambos bandos) de un film que sin éxito alguno en su momento, es una reflexión del asunto cubano. Enmarcada en blanco y negro, la historia tiene su finalidad de encumbrar valores del pensamiento revolucionario en Cuba (“¡Dispara para defender tu porvenir”! escuchamos en la cinta), pero de pronto los excesivos silencios, los planos largos, grandes planos generales y que valga lo tautológico, toma elevada, etc.; abordan una lenta emoción de situaciones a veces bien descritas en el guión, pero que se siente un libreto cargado de idealismo. De todas formas buen trabajo cinematográfico que atribuye experiencias de un cineasta ruso por los sentimientos de un pueblo caribeño. Y es que Caribe no es sólo un concepto geopolítico. Les recuerdo que también es un estado del alma. Ya lo dijo (para quienes salieron de Cuba) la canción de Luisito Aguilé: “Cuando salí de Cuba, deje mi vida, deje mi amor”.