Este
otoño, Kristen Stewart está a ambos lados del espectro cinematográfico con su
película biográfica Seberg y el reinicio de gran presupuesto de los Ángeles de
Charlie . A principios del año que viene, se la verá en el thriller acuático
Underwater, de William Eubank (directorThe Signaland Love) , y el
trailer para el que ya ha llegado.
Protagonizada
también por TJ Miller, Jessica Henwick, Mamoudou Athie, Vincent Cassel y John
Gallagher Jr, la película sigue a un equipo de investigadores subacuáticos que
deben ponerse a salvo después de que un terremoto devasta su laboratorio
subterráneo. Descrito como un Armagedón bajo el agua , mira el trailer a
continuación.
“El hijo” es un thriller psicológico que al igual que en
una crítica reciente sobre otro filme, bien podríamos escribir que: “Al usar un
lenguaje icónico activamos, además, una serie de conocimientos que las palabras
evocan y no necesitan hacer explícitos” (Conesa, 1998:171).
Y es que es verdad. Este filme argentino con cotas
bien altas, no solo habla de las relaciones interpersonales entre dos seres (opuestos
a la larga), sino de un rostro —Joaquín Furriel,
un actor para tener en cuenta— que invita a leer todos los fantasmas del ser
humano. En este sentido, el terror y suspenso es fundamentalmente entendible,
ya que todos los humanos tememos y padecemos lo mismo: la sutil o exasperada paranoia
donde la felicidad es siempre vehemente.
Desde otro punto de vista, también podemos abordar otro tema.Vamos a definir al afecto, siguiendo a Frank Fish: “oleajes
de emoción en los cuales existe una exacerbación súbita que generalmente se
corresponde con una evento” (la venida de un hijo en este caso).Sin ser médico, el filme estudia la singular
carga afectiva que acompaña a las ideas delirantes de la Paranoia y que se le
dio el nombre de "Afecto Patológico".
La suspicacia del personaje Lorenzo simboliza la forma más aguda de
desconfianza. La desconfianza siempre evidente en la atmósfera, reside solamente
en no juzgar en favor de las circunstancias y en la benevolencia de nuestros semejantes
y, es que la suspicacia va más allá y cuenta con que los sucesos llevan consigo,
algo oculto, algo contra él.
La historia que arranca en la Primera Guerra Mundial,
nos introduce la fábula a modo de flash back en la vida del escritor, filólogo y
militar Tolkien cuando era un adolescente. Pero la frase “Donde te sientas feliz,
ahí está tu hogar” es el principio y fin de este personaje maravilloso y lo que
su cineasta nos quiere mostrar.
La verdad es que uno termina por concluir que es un
personaje fuera de serie.Y
pienso que la elección de
Nicholas Hoult, con experiencia en la actuación no obstante su juventud —desde
su primer roll en “Un niño grande” (2002) —, está la clave de lo que depara
Tolkien como filme biográfico. Buena semblanza cinematográfica del escritor de “El
Señor de los Anillos”.
El director Dome Karukoski, chipriota residente y formado
en Finlandia, en este, su primer trabajo en los Estados Unidos, nos muestra sin
mucho apasionamiento (la segunda mitad del filme luce algo lento) un personaje
que además de indolente entre una pandilla de amigos, posee una vida cuyo interés
dramático, permite hacer una buena representación del escritor.
En las conversaciones alrededor de la belleza de las
palabras con el profesor Wright, concluimos que el escritor nos recuerda que “Al
usar un lenguaje icónico activamos, además, una serie de conocimientos que las
palabras evocan y no necesitan hacer explícitos” (Conesa, 1998:171). Al menos
así lo entendemos en el último tercio del filme.
Primer film de Jean
Renoir en los Estados Unidos. Adaptada de la novela corta “Swamp Water”, de
Vareen Bell, es publicada por capítulos en el “Saturday Evening Post” en
noviembre y diciembre de 1940. Este filme fue objeto de un remake en color, “Un
grito en el pantano” (1952), del cineasta Negulesco.
La acción tiene lugar
en el pantano Kefenokee (Georgia) y en una pequeña población próxima, a finales
del s. XIX. La historia gira alrededor de Ben Ragan, un chico de 16 años quien
por su naturaleza bonachona, la idea del bien y el mal y sin ser un oscuro y
casi claustrofóbico drama —por lo del pantano, donde se desarrolla parte de la
historia—, cada elemento de la trama se percibe con tranquilidad. El sosiego
además de quien (Renoir) se sabe detrás de una obra con suficiente peso visual
como para prorrogar el conflicto dramático hasta después de haber generado un positivo
ánimo en el espectador.
Tras esta pausada
advertencia, aparecen unos elementos que
toda la trama soporta consigo: el drama de la soledad y desamparo de un
hombre fugitivo y aislado, la conciencia de ser víctima de un escenario inicuo
y el hondo dolor que habita en su arrojo y, por supuesto el chico. Además, la
película constituye un homenaje a la naturaleza salvaje y a los parajes del
pantano Kefenokee (Georgia).
El filme “Monos” de Alejandro Landes (“Porfirio”), sin
apostar por el bien o el mal, es una historia en clave de thriller que plantea a
través de unos niños soldados, sus rehenes y sus fuerzas: dejar a consideración
del espectador unos héroes como víctimas y, otros como villanos. Asimismo la
historia deja un claro eco sobre las sociedades secretas.
Y desde
este punto de vista, el filme de Landes señala con cámara firme lo que esto
representa en casi todos los órdenes de la sociedad y la vida del ser humano.
La colectividades secretas para algunos investigadores nacen de la necesidad
que tenían brujos, magos y hechiceros prehistóricos de proteger en secreto sus
prácticas y sus rituales,al mismo
tiempo que los compartían con sus alumnos o sucesores en secreto sus prácticas y sus rituales.
“Männerbunde
es el término germano que se utiliza para referirse a cierto tipo de
organización secreta, una especie de hermandad compuesta tan solo de hombres
(guerreros y cazadores) que ha existido desde los orígenes de la humanidad y
que se mantuvo viva, con ligeras variantes, hasta la época del nazismo”. Muchas
novelas hacen eco a esta temática (“El círculo mágico”, Matilde Asensi en “El
último Catón”, Umberto Eco en “El péndulo de Foucault”) y el cine por supuesto
no se queda atrás.
De manera
que “Monos” abarca todo el contexto de esas sociedades secretas. Hay una
necesidad en este tipo de búsqueda por dar imagen a todo, sin que esto implique
un acecho a lo desconocido. Los principios que motivan esta línea, es pues la
pretensión de, a través de filmar ese cosmos, luchas sin sentido y que solo
pueden acarrear una mayor destrucción.
Además de
señalar, catalogar un paisaje o un rostro en la cámara (cualquiera de los
observados en el filme), es sin lugar a dudas, dotarlos de laberintos. Aquello
nunca filmado, si se revela con ingenio, es capaz de amplificar los límites de
lo que deliberamos visible y audible, sin dar un paso fuera de nosotros, sin
abandonarnos.
Landes
aspira a ser ecuánime, sin ser pomposo y ligero, como si no pretendiera
perturbar la realidad con su cámara. No es pues una muestra de un cine
violento, pero sí a su vez, mucho más perspicaz para captar los detalles de las
relaciones humanas que, aunque apenas acontecen entre un grupo de personas muy
jóvenes, de pronto ilustran las experiencias diferenciadas y los matices que
patentizan el crisol de formas que tienen las personas de vivir sus realidades.
Esta cinta es un filme
denominado Heist movie (película de robo o película de caper es un subgénero de
películas de crimen) eficaz, con apuntes de comedia, Marsh, el director de la
cinta, no sale bien librado de esta negrísima crónica criminal, que los cineastas británicos siempre han sabido retratar.
Pero si por algo hay
que visionar esta esta cinta, es porfuerza y gracia de los
actores encabezados por Caine, Courtenay, Broadbent, Gambon y Winstone. Así que
esta banda en busca de su último gran golpe, evoca al final los sinsabores de
otros de tal astilla (por sus actos los recordaréis).
De todas formas, algo
le sucede al guion que por momentos pierde el interés de los actores de estos
cuatro ladronzuelos reunidos para dar su última cátedra al respecto. Así que es
una historia que divide las opiniones de la crítica: buena por las actuaciones,
mala por su desarrollo en la intriga principal.
Este bluckbuster tiene
una acción trepidante que lo mantiene con el interés solamente de las maromas
de unos protagonistas que pretenden convencer con sus ideales. De todas formas,
un filme de entretenimiento para eso: estar entretenido un momento en una sala
de cine.
Si bien los autos siguen
teniendo su importancia (desde los primeros filmes de la franquicia), en esta
ocasión se impone salvar el mundo ante la intimidación del malvado de turno
encarnado en Idris Elba, siendo un enemigo duro de roer.
Pero algunas cosas para
salvar este filme, y no ceñirme a otros aspectos quizá más relevantes del
análisis textual de un filme. Primero: las persecuciones, mejor que mejor. Esta
sexta película de la franquicia se convierte en clave: en primer lugar, porque
Dwayne Johnson —adversario en la quinta entrega—, termina uniendo sus fuerzas a
Toretto y los suyos.
Además, en la escena
post-créditos descubrimos la definitiva incorporación: Jason Statham. Filme
pues sin grandes logros en los cinematográfico (de pronto la música) y mucha
adrenalina y excelentes locaciones. ¡Para la taquilla, claro!