A los 27
años, el cineasta belga Lukas Dhont, revelación del 71 ° Festival de Cine de
Cannes, firma con "Girl" una historia de género y perseverancia que
ha molestado a la Croisette.
"Si
mi película sugiere lo contrario masculino y lo femenino, que sería
bueno": en 27 años, el realizador belga Lukas Dhont, la revelación de la
71 Festival de Cannes, lleva a la pantalla una especie de historia y
perseverancia " chica ". La Croisette salió enojada. Ganador de los
2016 Cinéfondation, la incubadora de talento Festival, talleres de escritura y
Primeros Planos de Angers, el director flamenco joven cuenta la verdadera
historia de una niña de 15 años, niño nacido, que sueña con ser una bailarina
estrella.
Lars von
Trier advirtió a sus seguidores que The House That Jack Built (2018) sería su
oferta más brutal y violenta hasta la fecha, y el primer avance oficial de la
película sugiere que el director no tendrá problemas para cumplir esa promesa.
Con un montón de sangre y violencia gráfica, arropada incómodamente por “Fame”
de David Bowie, el avance de The House That Jack Built confirma que von Trier está
a la altura de sus trucos de polarización habituales.
El filme
está protagonizado por Matt Dillon como un brutal asesino en serie. El guion de
von Trier sigue el desarrollo de Jack a través de cinco asesinatos importantes
y dando vislumbres de su inquietante experiencia de llegar a la mayoría de
edad. Uma Thurman y Riley Keough protagonizan como dos de las víctimas de Jack.
“Los cazadores más letales del
universo son más fuertes, más inteligentes y más mortales que nunca, habiendo
logrado mejorar genéticamente con ADN de otras especies. Cuando un niño
accidentalmente desencadena su regreso a la Tierra, solo un grupo heterogéneo
de ex soldados y un descontento profesor de ciencias podrán evitar el fin de la
raza humana”.
Esa es la sinopsis oficial de
‘Predator’, la nueva película de Shane Black, genio tras los libretos de 'Arma
letal', 'El último gran héroe' o 'El último Boy Scout', y director de la
injustamente ignorada ‘Dos buenos tipos’.
Black no es nuevo en la franquicia,
fue uno de los protagonistas que acompañaron a Schwarzenegger en la inicial
‘Depredador’ (John McTiernan, 1987). Tras la fallida 'Depredador 2', los dos
crossover con el universo Alien y el descafeinado reboot de 2010, 'Predators’,
el cineasta ha prometido una cinta divertida, terrorífica y, claro, sangrienta.
Jacob Tremblay, Sterling K. Brown,
Trevante Rhodes, Boyd Holbrook, Olivia Munn y Keegan-Michael Key y Alfie Allen
forman parte del reparto de la película.
Después de que los hermanos norteamericanos Joe y
Anthony Russo nos concediesen dos de los mejores filmes de esta exitosa saga
superheroica, “Captain America: The Winter Soldier” (2014) y “Captain America:
Civil War” (2016), a ninguno de sus millones de seguidores puede extrañarle que
les encomendaran las dos nuevas entregas con el protagonismo “gozoso” de los
Vengadores en pleno.
Hace rato que se vienen presentando películas con la
clasificación para todos los públicos, pero en el fondo son textos
cinematográficos que en su análisis más profundo, se evidencia temas para una
mayor reflexión. La película que hoy nos ocupa, ya sea por el adiós de algunos
héroes o por la presentación de una nueva formación de personajes, debe
refrescar de manera definitiva al género —o fracasará al no arriesgarse.
Sostiene Josh Spiegel: “Lo mejor de Avenger: Infinity
Wars es, en muchos sentidos, lo mejor que tiene el Universo Cinematográfico de
Marvel: un increíblemente encantador y casi sobrecalificado elenco. Aunque
algunos de los actores que se han presentado en las casi 20 cintas del UCM no
han funcionado tan bien, muchos de los intérpretes son clave para hacer de los
héroes algo fresco y emocionante”.
“Cada que esta épica, larga y a veces pesada película
funciona es, en gran parte, gracias a los actores, no a las secuencias de
acción o los efectos especiales o cualquier otra cosa. El elenco hace a esta
película, no al revés”.
De todas formas cuando se produce este tipo de
películas, en esta oportunidad con una mayor dosis de violencia, buscan que los
jóvenes fortalezcan sus héroes. Las películas, pues aseguran un cierto público
que posee unas convenciones y expectativas sobre lo que el género les ofrece.
En tal sentido, si “el género es ese conjunto de reglas compartidas que permite
al primero utilizar formas comunicativas establecidas y al segundo un sistema
propio de expectativas” (Casetti, 2005, p. 304).
Los
filmes de género son películas producidas después de que un género se haya
reconocido popularmente y consagrado a través de la sustantivación, durante un
periodo limitado en que tanto el material como las estructuras textuales que
comparten las películas inducen al espectador a interpretarlas no como
entidades autónomas, sino de acuerdo con unas expectativas genéricas y en
contra de otras reglas genéricas. (Altman, 2000, p. 85). Dicho esto, quizá se
encuentre la explicación de películas como Avengers: Infinity War, pero cuidado
con el factor violencia.
Ahora,
sobre lo que hay que tener cuidado, es sobre la parte ideológica, ya que sin
lugar a dudas, cada vez más con este tipo de filmes, invitan con su marcado ímpeto
además, a propuestas de una sociedad futura cargada de complejos
comportamientos humanos.
Con los más altos conceptos del cine negro contemporáneo,
esta cinta logra mantener al espectador durante las dos horas que dura “La
ragazza nella nebbia” en un interés hasta el último momento (y no es una
exageración).
Y es que el inspector Vogel encargado de un crimen (al
igual que Poirot o el inspector Maigret) consigue dilucidar un crimen que
parecía no tener salida alguna. De manera que a través del flash back para
encaminar la intriga y las pesquisas, de pronto lo cuestionable son los “casi-finales”
que pueden desorientar al espectador.
Sin recurso retórico alguno, además de una eficiente
estrategia donde todos los involucrados (en apariencia) con el crimen de una
chica conforman el contexto argumental de la película, se puede señalar que el espectador
resuelve su dilema moral que los lleva a ponerse en la piel de los
protagonistas, y, pensar de qué modo reaccionaríamos si tuviéramos que
enfrentarnos a un asesino.
Este filme chileno ganador del “Oscar” recientemente a
mejor filme extranjero, tiene su mérito en haber puesto en escena (y sin
maniqueo) el amor de un transexual (Marina) con hombre mayor que él (Orlando).
Y sin exageraciones morales, la vida del personaje debate en su propia
honestidad, a pesar del rechazo de su entorno.
Si bien el asunto ideológico está claro (en una
sociedad llena de prejuicios) y los actores convencen, en lo cinematográfico el
asunto transcurre bien sencillo, llegando incluso a un ritmo lento en algunas
escenas que ni restan ni ponen. Para quienes vieron “Gloria” (2013) del mismo
cineasta Sebastián Leilo, el asunto coincide en muchos semblantes. Uno sería el
aspecto de compensar soledades en medio de ambientes nocturnos, un destierro
permanente y en ausencia de un derrotero a seguir, sin hostigamiento.
En este retrato del transexual, supongo que las cuitas
le evocan su reciente pasado, aunque nada de sentimentalismo. De manera que esta
cinta no es esta la propia obra que solo busque debatir, denunciando la
trastienda más oscura de la sociedad chilena; es que el filme invita a ver a
Marina como un ser normal y corriente, para los tiempos que vivimos.
Tomando como punto de partida 1920, la película dirigida por M. Dupontel (una gran obra y altamente recomendada) en
una retrospección de la acción, va hasta 1918 para contarnos en primera
persona, una adaptación del bestseller de Pierre Lemaitre. Dos personajes
principales (dos ex combatientes de la Gran Guerra) que quieren dejar atrás
ciertas circunstancias ya acaecidas en sus respectivas vidas, y, deciden tomar otro rumbo en la sociedad civil
mediante una estafa muy particular.
Visto así el asunto, la película desborda en ingenio e
imaginación de cómo este drama humano termina por encubrir a dos soldados
(seres siempre al margen de la sociedad) que tienen que buscarse la vida. Y es
que cuando “la vida ha desfigurado el pasado”, el presente lleva a estos
marginados y de forma impúdica, a buscarle
acomodo.
De manera que la película refleja que el presente y el
pasado, nada tienen que ver cuando de vivir se trata (¿o sí?), inclusive
inventarse farsas (y falsas aunque suene a exabrupto), que de por sí ya son
bastante desvergonzadas. Esto es el filme: dos cínicos en busca de nada, pues
lo impúdico aborda la miseria humana y la risa (y pantomima) a la larga de uno mismo. Y es que somos lo
que somos porque otros fueron lo que fueron. Y punto.