domingo, 16 de enero de 2022

Delicioso

 

‘Delicioso’ nos sitúa en la Francia del siglo XVIII. En los albores de la Revolución Francesa, si bien la reputación de una casa noble depende [sobre todo] de la calidad de “su mesa”. El talentoso cocinero Manceron es expulsado por el Duque de Chamfort [por caprichos de un clérigo], y el buen hombre pierde no solo el gusto por cocinar sino que decide volver a su casa en el campo. Allí aparece de pronto la reservada Louise, quien le devuelve el entusiasmo por la cocina [y le ayuda a abrir el primer restaurante en Francia]. Además, ella es la alegoría de la revolución en sí y el roll de la mujer en sociedad francesa.



Pero es evidente que al margen de esto, la película hace cierto énfasis en la ideología de su relato sobre la ya inminente revolución francesa [acorde a las relaciones entre los actores de una sociedad cada vez más desigual] y el papel que comienza a tener la mujer. DE manera que el cineasta francés Éric Besnard, desde que en 2012 con la comedia ligera 'Mes héros', ya demostraba tener una personal sensibilidad a la hora de contar historias supuestamente campechanas, consintiendo al público y recrearlo de una experiencia mucho más honda de lo que el tópico de sus cintas pensamos [en apariencia] tiene. Después de regocijarse del “toque culinario rural” en la suntuosa 'Pastel de pera con lavanda', ahora, el cineasta ofrece un manjar mucho más ambicioso en lo que señalaba al comienzo.

Si bien  el primer restaurante como concepto propio como tal, surgió cuatro décadas después (1765) en París, de la mano del cocinero Dossier Boulanger, en la extinta rue des Poulies. Es ahí donde germina el transcendental punto histórico que Besnard sabe desdoblar: la noción de restaurante como elemento exploratorio de democratización y sin lugar a dudas, uno de los primeros efectos de la Revolución Francesa, que llevó el gusto por la comida a la clase popular [y en la película se observa], pues muchas de estas locaciones fueron fundadas por antiguos cocineros de la nobleza [o la realeza] que fueron depuestos con la Revolución. Ese espíritu se refleja muy bien en 'Delicioso', cuyo guion está escrito por Besnard y por Nicolas Boukhrief, quienes nos deleitan en una historia cargada de buena comida y buena sensación sobre el vivir cargado de ese amor [no solo por la cocina] sino por vivir rodeado de paz y libertad. Besnard conforma un drama histórico, cuyo costumbre cinematográfico es muy análoga al de saborear uno de los platos de la carta del chef Manceron.

Gonzalo Restrepo Sánchez

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