jueves, 14 de noviembre de 2019

Der Trafikant ("El vendedor de tabaco")


Este drama de Nikolaus Leytner ambientado en Viena en 1937, nos “habla” una vez más de la amistad y el amor. En dos contextos diferentes y en el inicio de la ocupación nazi de Viena, esta historia, la de Franz Huchel (Simon Morzé), un joven de 17 años abarca fuera de toda apreciación que los problemas del amor, son los problemas del amor. 

Con la destacada actuación de un Bruno Ganz como Sigmund Freud y su amistad con Franz, pronto esta correlación llega al pathos del espectador. Y es que de manera tácita además, la película juega a desarrollar las teorías freudianas a través del joven personaje —el espectador mismo sin lugar a dudas—, cuando sus deseos sexuales empiezan a surgir.

Vale la pena destacar como mensaje en medio de tanta situación y personajes de la trama, ese estanco que observamos a lo largo de la historia, donde se vende —y se concluye— una idea final: la vida bien vale la pena vivirla, sino para que se vivirla. Sin lugar a dudas, la historia posee un carácter propio, hondamente sentida llevando unos rumbos de pronto comunes y triviales. Y es que como dice Freud (y escuchamos en el filme) “No hace falta entender el agua para meterse en ella” —cuando del amor se trata.
Gonzalo Restrepo Sánchez
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