sábado, 13 de julio de 2019

BORDER


Con un laberinto emocional del personaje Tina —magistral trabajo de Eva Melander, en un esmerado trabajo de maquillaje y caracterización—, este exitoso e interesante filme sueco (aunque su director Ali Abbasi es nacido en Teherán), no revela solo sobre la capacidad y semiótica del oler quizá, sino una historia de pasión con acento de intriga en el filme, que al igual que en la literatura, siempre desempeña un papel de purificación.



Esta cinta es una de las experiencias cinematográficas más gratificantes del cine europeo en los últimos años. Primero porque nos topamos ante un retrato femenino fascinante —protagónico— que, al mismo tiempo, se sale de todas los clichés o propuestas determinadas del reciente cine europeo. Si bien Tina —una agente de aduanas— es una mujer de un físico para nada pulcro ante el resto de la humanidad, con un rostro fuera de lo común y que llama poderosamente la atención y, aun a su manera de desempeñar su particular trabajo; se vale de un avanzadísimo olfato (como un sexto sentido) para su trabajo diario.

Esta mujer capaz de sentir la turbación, el temor, los sentimientos de culpa y de forma categórica la maldad en los pasajeros que traspasan un pasillo ante su solemne imagen taciturna, es el eje principal de esta cinta cargada de los mejores elogios y recomendada a todo buen cinéfilo.

Película pues de una alta dosis de sinceridad en su veracidad y que cargada del sentido de autoayuda del personaje principal, se expresa toda una historia de amor entre seres marginados e, ilustra posiblemente el género del thriller psicológico con el terror.


Gonzalo Restrepo Sánchez
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