M. Night Shyamalan es uno de mis favoritos cineastas hindúes
desde que observé su primer filme en la pantalla. Respecto a “Glass”, cabe
precisar que el cineasta tardó nueve años en materializar su visión sobre los
superhéroes de cómic.
Desde El sexto sentido (1999), una de las películas de
terror más aplaudidas de su filmografía, podemos señalar que es un cineasta dotado
de una sensibilidad muy especial con unas señas de identidad bien marcadas y a
veces no ha salido bien librado de la crítica.
A través de tres personajes, el guion de Shyamalan nos
los muestra encerrados en un hospital psiquiátrico, en el que una doctora (una sublime
Sarah Paulson) trata de persuadir de que esas facultades fenomenales que creen
tener, son producto de la imaginación, ya que están afectados por una patología
denominada “síndrome del superhéroe”.
Y esta es la lectura del filme. A través de héroes que
nos vamos formando ante tanto semidiós observado y leído en nuestra vidas,
resultamos siendo en mayor o menor grado, uno de ellos (en este sentido el
cineasta transfiere la idea de servir el bien o el mal).
De manera pues que con un ritmo pausado, clímax
extendido y narración en primera persona, el cineasta ofrece sin mucho
aspaviento un buen filme donde da prelación a la psicología de sus personajes y los motivos
que les llevan a proceder de la manera en que lo hacen.
Gonzalo Restrepo Sánchez
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