lunes, 17 de diciembre de 2018

ROMA



"Roma", es un drama profundamente personal del cineasta mexicano Alfonso Cuarón donde recrea parte de sus precepciones de un pasado no muy lejano para el talentoso cineasta. Varias cosas respecto a esta cinta que seguramente arrasará con todos los premios habidos y por haber en la industria del cine.


Con una cámara en constantes panorámicas y sin primeros planos, la historia a la larga de Cleo (una buena y sincera sirvienta) sirve para que el cineasta module (en contrastes emotivos para el espectador) sobre los asuntos y conflictos domésticos de un hogar de clase media mexicano en los años setenta.
Con una fotografía y puesta en escena impecable, la película de Cuarón y su gusto por la cámara a la hora de rodar largos planos, las actuaciones que escrutan trasferir autenticidad y los diálogos en los que las frases resultan a veces entrecortadas y expresiones muy coloquiales; estamos ante una obra maestra.
Y es que su incondicional apuesta por el ejercicio de estilo, nos lleva ante una pieza que procura remitirnos al mejor cine clásico, sin estar cargado de personajes ambiguos, sino que dejan ver “visiblemente” (que valga lo tautológico) sus auténticas intenciones, esgrimiendo atmósferas agradables en situaciones propias sobre la humildad del ser humano.
Cuarón utiliza muy bien la iluminación en blanco y negro, ofreciendo una obra visualmente elegante y a la vez sobria. Su punto más interesante es un guion que, sin búsqueda de sorpresas, deja que el público termine admitiendo a una Cleo para nada lerda.
Una historia pues de un personaje que se siente, y, una cinta que descansa más en la potencia de sus situaciones (rodadas sin necesidad de partir su estructura central: la relación de ella y la familia donde trabaja). Un filme sin metáforas y mucha reflexión.

Gonzalo Restrepo Sánchez.

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