De pronto se recupera un poco ese viejo género de los
submarinos con este interesante thriller político, que aunque tiene su
escritura para ser un trabajo bien comercial, no deja de tener en vilo a los
espectadores, para quienes a la larga se dirigen los filmes, no para los
críticos.
En otro orden de ideas, y para los tiempos que vivimos
con un Trump y una Rusia tan lejos, pero tan cerca, la perspectiva desde la que
está trazada esta ideología fílmica (sin
el miedo y sin la pesquisa de concienciación), el cineasta Marsh ondea su cine
y su mensaje sin el descrédito absoluto, y sin el ultraje hacia todos aquellos que
de una forma u otra apoyan (o no) al presidente de los Estados Unidos.
La película y sin que pierda su provocadora idea
inicial, y admitiendo un espacio para la deliberación en un cierre irreversible,
estás imágenes otorgan una turbadora dosis de intriga que se convierte en el
esqueleto por el cual se sostiene tanto la trama militar, como el seguimiento
del caso político del secuestro del presidente ruso.
A esto hay que agregar el atractivo manejo de los
tiempos dramáticos por parte del director del filme, lo que termina ordenando
una narración que “navega” plácidamente tanto por el espacio en dos potencias
mundiales y la psicología del poder en el cine, como por el ulterior aplauso
público, asimilando el mensaje final para estos tiempos donde parece no pasar
nada.
Gonzalo Restrepo Sánchez
Visite: www.elcinesinirmaslejos.com.co