viernes, 22 de septiembre de 2017

Churchill




Esta película es un drama que se desarrolla durante las 96 horas que conducen al Día D, en la Segunda Guerra Mundial. El actor Brian Cox interpreta a Winston Churchill con un convencimiento, que en realidad amerita su interpretación como de las mejores en su carrera.


Con la metáfora de Winston caminando a lo largo de la orilla del mar, totalmente vestido  e imaginado que las mareas que le llegan a sus pies, están llenas de sangre; podemos escribir que esta película nos hablará de un personaje, su liderazgo y sus inquietudes (dudas, interrogantes y sus crisis personales) antes del famoso Día D.
Respecto al asunto estrictamente cinematográfico, cabe destacar la composición en cada plano y cómo cada secuencia pretende no enjuiciar al gran hombre británico, sino que a través de un relato íntimo, mostrar ese “león enjaulado”, que, en última instancia, reformulará su ficticias ideas que tenía que afrontar (perdón por el spoiler: la secuencia de la conversación entre Churchill y el Rey Jorge VI).

Un epígrafe final del filme, insta que el primer ministro, ha sido el británico más famoso de toda la Historia. Ninguna tentación pues, al hurgar sus interioridades, tampoco ambigüedades y cuestiones. Y es que el personaje es como el filme: condescendiente, y que los encuadres escogidos, la sucesión de planos y secuencias, amén de los recursos visuales empleados (travellings, encadenados, la luz, etc.); metódicamente acarician la perfección en cuanto a su grado de ajuste entre forma y fondo. Para alguien el filme resultará aburrido. ¡A mí me encanto!

Gonzalo Restrepo Sánchez
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