martes, 3 de enero de 2017

Café Society



Woody Allen fiel a su tradición y con la luz de Vitorio Storaro, a través de una comedia (como de costumbre) nos habla en primera persona (una voz en off), de la irracionalidad del amor, teniendo como set principal: Hollywood. Un retrato pues tenue del Hollywood de los años treintas, del Nueva York del jazz, de una típica familia familia judía muy a lo del cineasta y, de los gánsters. Visto así el asunto varias ideas.



La primera que surge quizás es que en planos sencillos en su encuadre, y tras presentar a una familia judía, un joven llamado Bobby aparece en las oficinas de un magnate productor de Hollywood (todo como metáfora del futuro), buen principio para hablar de las oportunidades cargadas de incertidumbre aunque no parezca.

De manera que todo esto para llevarnos de la mano del joven Bobby al encuentro de uno mismo con el amor, un encuentro nada fácil cuando el feliz encanto está cubierto por otras cosas. Filme crónica pues que en la frase: "La vida es una comedia escrita por un sádico", entendemos la intención de todo y un aroma, de pronto, a lo "Manhattan" del mismo cineasta.

Gonzalo Restrepo Sánchez
Visite: www.elcinesinirmaslejos.com.co