lunes, 21 de marzo de 2016

Nie yin niang (The Assassin)



Si por algo cautiva este filme es por su fotografía y el sonido extradiegético (unos tambores a lo lejos) como si no pasara nada. Pero es evidente que este cineasta deja un tono de delicadeza y misterio y, unos personajes (se apoderan de la pantalla desde el mismo momento en que los vemos) quienes parecen no tener prisa por nada. Hou Hsiao-Hsien es bien consciente de esto y nos deja su impronta en un filme trazado con cámara firme pero delicada a su vez. 



Así que esta interesante obra en muchos planos secuencias y algunos generales, cumplen una función narrativa sobre todo para las escenas de acción (y algunos diálogos interiores). Y es que protagonista (la excepcional actriz Qi Shu) que se enfrenta a sus enemigos, a veces el director nos plantea en "fuera de campo" lo que no vemos pero sentimos (o si usted prefiere: lo percibimos). O dicho de otra forma: elipsis (a veces cargadas de metáfora) y esto es bien interesante.

Excelente pues esta gramática cinematográfica, para una puesta en escena que a veces nos evoca lo más recónditos pasajes de una sociedad que ha dado mucho cine a esta cinematografía alejada un poco de occidente. Por lo pronto invito a ver este filme (no cometeré spoliers) para un análisis más profundo del concepto plano elíptico y sobre todo: la abstracción de lo gerrero inherente al ser humano. Para este cineasta, me le quito el sombrero.

Gonzalo Restrepo Sánchez
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