Este filme narra
la historia de amor entre Carol (Cate Blanchet) y Therese (Rooney Mara). Hasta ahí
de lo que va el asunto. Ahora al entrar en el ser humano, se encuentra (sea
usted o no homofóbico), lo difícil que es enfrentar realidades cuando se habla (entre valentía e inocencia) sobre el amor entre el mismo sexo.
Empecemos por
ponderar el vocablo “tolerancia”, aunque a mi juicio el filme se ahoga en las
formas de ver y afrontar la vida, sobre todo en una época donde el lesbianismo,
era un asunto fatal. ¿Qué quiero decir? Que sin mucha insinuación erótica, el
relato nos muestra la opresión de un sentimiento, sin dejar totalmente de lado
otros aspectos de vida en concordancia con mi propia realidad sexual.
Sobre la
realidad homosexual entre seres humanos, no se debe cuestionar las artimañas
para acercarse al ser que se desea, sino más bien, reflexionar sobre la libertad de cada quien,
de hacer de su vida, un mar de felicidad. Por mi parte siendo heterosexual,
observo en el filme y en su último tercio: Una carga de los intríngulis sobre las
reglas difíciles de dejar a un lado, cuando la moralidad de los demás a veces te
cuestiona (sobre todo cuando hay hijos de por medio). Al menos esa es la ideología del filme, apoyada por unos y desechada por otros.
Gonzalo Restrepo
Sánchez
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