La última entrega de
'Los juegos del hambre' nos muestra a una nación en guerra y a Katniss
enfrentándose con uñas y dientes al presidente Snow (Donald Sutherland). Pero
el camino a recorrer no será fácil, nuestro héroe (protegida por todos los
dioses), tendrá una serie de elementos en contra.
Y esta es la idea de
esta nueva propuesta de “Los juegos del hambre”. No obstante, es una película floja,
ya que el interés no radica en el personaje (héroe) respecto a qué es lo que
realmente desea en su interior, aunque en su intuición, visualiza el final ante
Snow y su futuro más sosegado. Además su ritmo es lento en diálogos que no
vienen a contexto, ya que ante la evidencia de un tirano a un pueblo mal trecho
y los juegos mediatizados no dejan un
respiro al pueblo de Panem.
El asunto político a mi
entender prioriza en esta oportunidad. Una nación en guerra, una Katniss enfrentándose
al presidente Snow (Donald Sutherland) y cómo llegar a la Casa Blanca, son tres
elementos que en un escenario lúgubre y desolador, no hay muchas pistas para
hablar del amor del héroe (¿será por eso que existe un epílogo de más de quince
minutos para hablarnos de ello?)
Bueno una película floja,
que la distancia de la que le precede, no así el talento de Jennifer Lawrence,
que bien supo mantener en el personaje toda su intensidad y valentía.
Gonzalo Restrepo Sánchez
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