No es la infancia como paraíso de este Peter que vive en un orfanato en Londres, pero el filme resulta agradable a los ojos del espectador, por su diseño visual. Habría que decir entonces que la historia es un mar de aventuras a un niño que tiene entre ceja y ceja ver a su madre.
Con todos los cánones del cine de aventuras, esta nueva propuesta de Peter Pan, establece una serie de reflexiones sobre la libertad y la imaginación propia de quienes estando en un mundo mágico, alcanzan armonía y justicia. Con una soberbia banda sonora, el filme pues es agradable y resulta único en su propuesta.
Pareciese que la isla "Neverland" fuese ese rincón para ser feliz, pero los Barbanegra, los "Hook" (personajes siniestros y no tan siniestros), siempre están a la orden del día. Y es que en la imaginación de un "Neverland" como nuestros días, está justo más allá del alcance de un sueño de un niño. A la larga Pan deja la sensación que vendrán días de paz como nunca jamás.
Gonzalo Restrepo Sánchez
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