sábado, 1 de agosto de 2015

UNOS DÍAS PARA RECORDAR



Hay películas que para disfrutarlas mejor, es preciso conocer la filmografía del cineasta. Este es el caso de la obra del director francés Jean Baker, con una tendencia a la exaltación propia del ser humano (aunque nada de lo humano me es ajeno, según Fromm). Este tipo de cine resulta interesante, ya que acorde su estatus, su sentido común brinda la oportunidad de no salir de su zona de confort y ver qué pasa.


En este su reciente filme, en clave de comedia lo enfatiza, aunque un poco teatral a mi juicio, ya que ambientada en un alto porcentaje en la habitación de un hospital, el protagonista se recupera de un accidente y se recupera de su propia cotidianidad. Vuelvo a lo de su zona de confort.


Es que solo baste recordar su cinta “Conversaciones con mi jardinero” (2007) oMis tardes con Margueritte” (2010), para concluir que las conversaciones con los contertulios de siempre, asimismo nos permite descubrir ciertas deterioros cotidianos del ser humano.


Gonzalo Restrepo Sánchez
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