martes, 7 de julio de 2015

Still Life ("Nunca es demasiado tarde")



Uberto Pasolini filma una película extraña y grata a la vez, sobre un particular hombre solitario, que intenta hacer digno la muerta de seres solitarios a larga. Como él, que siendo un personaje en apariencia anacrónica, tiene la sensibilidad suficiente para hacer sentir a un muerto, muerto de verdad, en el sentido de despedirlo hacia la eterna oscuridad. Ya William Faulkner no enfatiza en "Mientras agonizo". "...El sentido de la vida, es prepararse para estar muerto mucho tiempo"

Y es que parafraseando la película "nadie hablará de nosotros cuando hayamos muerto", A nadie le preocupa los muertos  salvo a este personaje, tímido, solitario, introvertido; para aproximarnos a los silencios que aportan "ruido" a la soledad de la muerte. La pregunta al final de la cinta es ¿dónde quedan los afectos a lo largo de la vida?


Extraño filme pues que a la postre resulta fascinante por la forma en que el director nos muestra metáforas sobre la soledad del hombre, para llegar solo a la vida y llegar solo a muerte, pero es una soledad donde el gran protagonismo es la búsqueda de la nada, en un tono cargado de minimalismo (si se quiere ver así) y cierto humor negro.

Película pues recomendada, ya que nunca distrae la atención sobre uno de los personajes (el señor May, caracterizado Eddie Marsan por) en el  excelente cine reciente británico.

Gonzalo Restrepo Sánchez
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