domingo, 26 de julio de 2015

Nosferatu



“Nosferatu” (1922) es obra clave del expresionismo alemán, es un clásico del cine de vampiros en el que Max Schreck, es un ser macilento de mirada espantosa, uñas largas y orejas puntiagudas. No sólo pasa por ser uno de los films de terror más poéticos de todos los tiempos, sino que nos aproxima a una versión de “Drácula”, de Stoker.

Con una atmósfera cargada de vida y muerte, realidad y onirismo, el filme con rasgos metafísicos, nos habla del carácter seductor de un ser como Orlock. Semanticidad que obliga a pensar en más allá de lo puramente físico. Y es que sin tratamientos románticos, el filme ante el carácter embaucador, nos invita a cierta inmortalidad del querer serlo. Y es que el ser seductor no debe evaluarse por la apariencia del ser, es una condición íntima que trasciende la mirada erótica. ¿Algo de locura?


De manera que estas historias y en especial esta propuesta de Murnau, también a través de la fea metáfora de Orlock, lleva a un destino terrorífico si se quiere, pero es que lo fantasmagórico es una incertidumbre y un punto admirado de lo ocultista.

Gonzalo Restrepo Sánchez

Visite: www.elcinesinirmaslejos.com.co