La animación en Colombia surgió a principios del siglo XX como recurso de ilustración para la naciente industria del cine nacional, como en Garras de oro, de Cali Films (1926), una película en blanco y negro sobre la separación de Panamá, en la que aparece la bandera nacional coloreada a mano, cuadro por cuadro. En 1933, el documental Colombia victoriosa, de los hermanos Acevedo, mostraría una animación de barcos militares recorriendo el río Putumayo, recurso animado que emplearían después para muchas de las proyecciones de su Noticiero Nacional.
El animador francés Robert Rossé, con su compañía realizadora de cortos publicitarios Corafilm en 1960, fue posiblemente el primero que montó un stand de animación en Colombia. Más tarde, en 1972, el diseñador Nelson Ramírez formó su propia productora de animados. Sus obras (unos 1.200 comerciales animados) lograron un alto índice de recordación para la sociedad colombiana entre las que se mencionan Con mis Gudiz soy feliz, Magicolor, Mano Gorgojo y la presentación de la telenovela colombiana Escalona.
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