sábado, 2 de agosto de 2014

Fading Gigolo


El punto de partida en una plática entre dos judíos (Allen y Torturro) es la opción real de llevar a cabo por parte de Fioravante (Torturo),  un "ménage a trois". Así que en primer tercio de la historia el espectador se centra en esperar con relativa ansiedad quienes serán esas chicas para observar lo "observable". De todas formas esta comedia siempre bien intencionada y con ese olor a ese cine independiente y un Torturo que no se repite en sus obsesiones, confronta la idea visual en su cinta de encuentros sin los “desencuentros” en ese cine norteamericano de siempre.

Fascina además en este semblante de un par de judíos en apuros eróticos en el mejor de los sentidos, cómo el valor extradiegético de la música en clave de jazz, brinda la sensación de agrado y aceptar esa confrontación de lo moral y lo predecible cuando se está en apuros económicos.


Si la historia resulta intrascendente, pues tiene todo el derecho a verlo así. Sin embargo el mismo Torturo intenta explicar su punto de vista.  "Es un género del que no se ve mucho, y cuando lo ves, quizá a excepción de Midnight Cowboy, lo único que ves son mujeres como prostitutas. ¿Por qué no hombres?".  En otro orden de ideas, la colombiana Sofía Vergara logra con éxito sacar su personaje adelante, aunque me quedo con el aroma que exhaba Vanesa Paradis.

Gonzalo Restrepo Sánchez
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