Este es un film que
relata de forma sencilla, una historia donde el azar en le devenir de la vida,
siempre genera nuevas realidades que enfrentar. También otra lectura en este
interesante cinta, de drama familiar, es que por momentos parece que asistimos
a un culebrón, pero en el fondo, las parcas, manejan bien el hilo conductor de
los jóvenes protagonistas (Stine Fischer Christensen (Anna) y Rolf Lassgård,
como Jørgen), para confrontar emociones y alteridades que en otro tiempo se
pudieron concretar en mentes con las mejores intenciones.
Bien por la cineasta
Susanne Bier que deja en los actores su propia inteligencia intuitiva para
desarrollar sus interioridades, sin ambage alguno. ¡Y punto!
Gonzalo
Restrepo Sánchez
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