En el film “La lengua de las mariposas”, del maestro
(Fernando Fernán Gómez) escuchamos decir:
“La música es como el rostro de una
mujer al que hay que adorar”, pues esto podría ser la intertextualidad del film
de María Novaro. Sin embargo, el film en clave de drama plantea cómo la música
es en los momentos amargos de cualquier ser humano, un momento de felicidad (en este caso, una madre soltera de 40 años).
Y es que para ser
feliz, no hay que ser siempre un infeliz, la felicidad es el punto de partida a
los otros sonidos de la vida. Entre ellos a mi juicio, la música.
Recomiendo la experiencia de Masaru
Emoto, para que se asombren.
Pero volviendo al film,
podemos señalar en la dirección de fotografía al hijo del Nobel colombiano,
Rodrigo García (de pronto el más internacional de nuestros directores).
Gonzalo Restrepo Sánchez
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