domingo, 5 de enero de 2014

A propósito de Llewyn Davis


Los hermanos Coen en este su reciente film, construyen un antihéroe —un héroe con bastante información—. Para ello, los cineastas toman los años 60´s, y a un artista sin esplendor (en un sobrio retrato de la época), en el que nos anegamos desde la misma iniciación de la película, cargada de personajes con vida propia. Y es que Llewyn Davis —un cantautor folkie con más pena que gloria—, permite y  a través de una fotografía mustia, valorar la existencia de aquellos, a quienes la vida parece no sonreírles, a pesar de la avaricia (en el mejor de los sentidos) musical y existencial en el personaje de marras.

En este contexto, la historia del cine norteamericano está llena de ejemplos. Sin embargo, los hermanos Coen a propósito de Llewyn Davis, reconocen que no hay que verla como un biopic de Dave von Ronk, ya que el actor latino Oscar Isaac (un intérprete absorbente), está en cada plano de la película, forjándola suya.

Así que este ejemplo de bildungsroman y comedia negra, bosquejan una Nueva York displicente con el aderezo musical (gran protagonista de la cinta): Por un lado, canciones que se escuchan como una triste melodía folk, y, por otro, esa especie de  avaricia sórdida y “losers”.

Gonzalo Restrepo Sánchez

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