Me muero de la pena con Steven Silver por esta producción que se quedó a medio camino en todo. Ni es un film sobre el reportaje en fotografía, de pronto una historia sobre un problema social que llega al alma (con escenas muy fuertes), ni es una propuesta sobre la amistad entre un grupo de fotógrafos de guerra. La idea de mostrar un poco de todo, hace que uno no sepa por donde la el asunto.
En este contexto, a la historia le faltó guión. Con alguna que otra toma de situación tensa por el ya consabido tema del Apartheid, la historia se centra más bien en las atrocidades del ser humano, que de la vida de fotógrafos (con premios Pulitzer). Esto no quiere decir que para el mundo de la fotografía Joao Silva, Kevin Carter, Greg Marinovich y Ken Oosterbroek dejen de ser unas unas celebridades.
Reitero que el meollo de la cuestión está entre otras cosas en el tono de la cinta, que debió invitar más al análisis en conjunto, que de pronto una parte, y luego otra de una historia con principio y fin, relatadas, eso sí en flash back.
Gonzalo Restrepo Sánchez.