miércoles, 18 de diciembre de 2013

MALAVITA



Jamás había visto una película con tanta desgracia divertida. Esa al menos es mi percepción. Cargada de gags, gangsters, asesinatos, mafia, FBI, etc., etc., los personajes devienen en unos malvados por naturaleza, donde lo mejor que le puede ocurrir a un personaje es no toparse con ellos. Y es que la familia en cuestión de esta cinta dirigida por Luc Besson (ya entiendo este mortífero film aunque nada nuevo en él), parece tener el despropósito de mostrar aquellos seres errantes por el mundo con su maldad (o maldición a cuestas).

De  pronto la historia no tiene una intriga principal definida, lo que hace que por momentos el espectador se pierda. Esto debido a que cada miembro de la familia tiene su propia cuestión que resolver. Un punto a favor de este esperpento son sin lugar a dudas los actores.  Volviendo a lo de esperpento, es cierto, si tenemos en cuenta que define a una visión deformada y grotesca de la realidad con el fin de criticar o satirizar. Valle-Inclán comparó esta estética con el reflejo en un espejo cóncavo: "Las imágenes más bellas, en un espejo cóncavo son absurdas. Deformemos la expresión en el mismo espejo que nos deforma las caras y toda la vida miserable".

El esperpento se caracteriza por la degradación, animalización o cosificación de los personajes; coloquialismos, y lenguaje popular y desgarrado; lugares feos y de mala reputación como los bares, burdeles, casinos de juego y callejones oscuros; la presencia de la muerte; y el empleo excesivo de contrastes. Vea la película y después charlamos. Claro, no es que la recomiende, para que después no diga, que la culpa es mía.

Gonzalo Restrepo Sánchez
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