Este film es tan sencillo en su historia y puesta en escena, que quizá sea ese sentido no tan lacónico de dos personas "algo quedadAs" (una Emma Thompson y Dustin Hoffman al servicio de los papeles principales), que con algunos encuentros y pocos desencuentros, intentan abordar sus propias vidas, en una nueva oportunidad que les da la vida para a amar.
De manera que en una Londres algo fría, los personajes discurren sus vidas sin tanta exigencia por parte y parte a una nueva relación amorosa. Y es que como dice el sabio refrán "Nunca es tarde para volver a amar". Así que el espectador dejándose llevar dos personajes carismáticos, aceptamos que siempre hay alguien en la esquina, dispuesto a volver a amar. Los desesperos no valen.
Hoffman ha sido de esos actores en en cada escalón de su vida, siempre ha sabido escoger sus films, para que su presencia y sus años den presencia escénica a caracteres muy de la vida cotidiana, y sobre todo de esos seres que viven prácticamente solos.
Gonzalo Restrepo Sánchez
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